La formación fraudulenta
La Unidad central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional investiga un fraude masivo en las subvenciones para la formación de desempleados que habría contado con la colaboración imprescindible de altos cargos de la Junta de Andalucía. (fuente: el confidencial)
No hay mucho que decir o pensar en primera instancia. La cosa es obvia. Europa y la Administración Central española disponen de unos millones de euros de nada para algo que se ha dado en llamar formación.
Una cosa “urbi et orbi” que necesitamos todos, aunque algunos más que otros por lo visto.
¿Qué es eso de la formación?
Como el destinado a formarse ha dejado la cuna y se supone que sabe hacer la O con el clásico canuto y hace sus necesidades orgánicas sin ayuda de pañales o mamporreros, debemos colegir y colegimos que es un adulto que reconoce su rol en la sociedad y que incluso dispone a mano de una familia a la que dar ejemplo.
Más he aquí que acontece la crisis y el sujeto está un poco parado o mucho y el patrono al que le llega la oferta euronacional en combinación mágica con los sindicatos y por la vía política del partido de turno, se “montan” unos cursos que se dan a veces, se dan a medias o directamente no se dan. La vida.
“Tutti contenti”. Y cuando digo todos es por lo que señala la UDEF. Son un porcentaje que alcanza el paraíso de los escándalos, es la cumbre trilera; es, según dicen y parece, una unidad de destino en lo universal andaluz y quién sabe si de otras regiones, nacionalidades o como coño se llame esto ahora.
Me tienen manía, dicen. Es una causa general contra Andalucia. No hombre no.
Tengo catalanes, lo he dicho. andaluces amigos que no se han llevado un ochavo y que se han formado de su peculio o con becas de las de siempre.
Los investigadores creen que entre 2009 y 2011, los años en los que se centran las pesquisas, la trama habría malversado presuntamente fondos públicos por valor de 2.000 millones de euros. el fraude más elevado que se haya investigado nunca en la historia de España. Miseria oiga.