SE HA FIRMADO LA PAZ

                Leo con gran alegría que las dos mujeres que han sido una parte de la vida del conde  han hecho las paces tras 25 años de guerra sorda, vocinglera, mediática y cascabelera, según conveniencia de las partes.

                Ana y Antonia ya son amigas y héteme aquí que  empiezan a serlo a partir de asistir al entierro de la madre del conde. o sea su suegra de una y otra , primero de una y luego de la otra, y allí junto a la tumba de la madre del conde ambas se abrazan y se dan el pico de la paz.

                No deja de ser una pena que Hola nos lo cuente y tampoco dejar de serlo que precisamente la muerte de una señora ponga fin a una larga batalla por el amor, dicen, de un hombre.

                ¿Y el hombre que hace o dicen que hace? Se lo toma a beneficio de inventario o que viene a ser que se la trae al fresco o como en el Medievo se decía” se me importa una higa” como, por cierto a mí.

                Es interesante observar como las revistas rosa nos encharcan el ánimo con este tipo de noticias que refrescan el ambiente.

                No estaría de más que ídem con mayúscula  o sea  el Sr. Mas tomase ejemplo para bien de sus huestes antes de que termine de liquidar a su entorno, por mor de un sillón al que tan atado y bien atado está. ¿Con qué estará atado para que no lo despeguen o puedan vaciarlo ni con la mitad a favor de la CUP ?

                Otrosí se diría del Presidente en funciones del Gobierno y del equilibrista en su partido oponente el Sr. Sánchez que rema a su favor como puede frente a la tormenta proveniente del Sur, un tornado apellidado Díaz.

                Falta entente cordiale se ve. ¿Quién tiene que morir aquí para que los enemigos políticos se den la paz mediante un ósculo en ambas mejillas, ambas?

                Ya no sería eso una noticia de prensa rosa. Lo sería de prensa roja, azul y gris centro. Me encanta que la bióloga y la modelo, otrora seleccionada y musa de Armani hayan llegado al amor casi fraternal y todo por el amor de un hombre, dicen. No sé. Ustedes dirán.