POSTURA FETAL
LAS PROVINCIAS AHORA/ PAPEL
Monotonía de votos sobre las urnas repetidas, cansancio de manos retorcidas por la impaciencia y a veces hastiadas de no saber, a ciencia cierta, el destino inclusero de la voluntad primigenia. Mi voluntad, mi nombre, mi voto para quien yo quiera y no para quienes pactan sin haberlo dicho antes.
Harto de oír las mismas proclamas que huelen a fórmulas, he decidido adoptar una postura fetal de observación.
Antes de esa decisión me he ido a una casa rural y he salido al campo. Yo nunca he sido amigo del campo y es más, el campo me ha dado miedo.
El campo, por cierto, está abandonado Sra. Ministra en funciones y hasta las naranjas Sudáfrica nos ganan la mano y eso que están tan lejos. La paz de los campos es la paz de los cementerios sin cuidar. A lo mío que es ahora observar.
Yo he pisado piedras resbaladizas y al levantar una, un escorpión ha tratado de defender su territorio y he dado un salto atrás. Miedo a lo desconocido intuido. Una metáfora.
¿No serán las urnas la piedra que cuando se levanta en nombre de la democracia, esconden escorpiones que defienden su territorio hasta picar, incluso a aquellos que dicen ser amigos?
El caso de Errejón e Iglesias que han llegado desde la Universidad, pagada por nosotros, a debatir como si estuvieran en las aulas dejando de lado el interés del resto.
De profesor a Verstrynge, al que todavía le quedan los restos de las botas de media caña en la piernas mientras se paseaba destilando miedo. !Que cosas! !Qué miedo!
La patita-pinza que enseña Iglesias huele a Lenin y eso me da miedo. Vuelvo a observar, desde mi posición fetal, como los nuevos lideres creen que han venido a inventar la pólvora.
No hace mucho yo tenía la alegría en mi cuerpo porque se cantaba “libertad, libertad sin ira”, y de eso hace años.
Estos lideres nuevos llaman vieja casta a sus papás y a sus abuelos. !Qué fácil es calentar el “morro” y las orejas de quienes oyen diciendo aquello que quieren oír!.
No son tontos y por eso tras la pantomima correspondiente terminarán por seguir “arriba del caballito” y yo observo.