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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

SIEMPRE IGUAL. ¿SOLO O ACOMPAÑADO?

SIEMPRE IGUAL. ¿SOLO O ACOMPAÑADO?

         Las estadísticas nos dicen que en verano cuando coinciden los matrimonios en vacaciones los divorcios se disparan y que en las tradicionales fiestas navideñas          surgen los conflictos, al coincidir en la mesa familiares que se han visto poco durante el año o no se han visto hasta ese momento y como el alcohol contribuye a elevar el tono de las conversaciones que hasta por un gol o por lo mal que va el equipo local (en este caso sería el Valencia), la cosa va a más.

         Los hospitales en sus puertas de urgencia podrían ayudar a consolidar esta opinión. Heridas o coma etílico o amago de infarto Esa es la cuestión.

         Aconsejo calma…si se puede.

                   A la vista de esta reflexión añado una noticia corta que nos puede ayudar a pensar sobre lo conveniente o inconveniente de la soledad, o la multitud, en las celebraciones

 

         “Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 61 años. Arreglé las mesas y traje pastel porque quedé en verme con mi familia para celebrar mi cumpleaños. Esperaba que vinieran mis hijos, mis nietos y mi esposa, pero como verán nadie vino. Por lo que invito a quien quiera a sentarse conmigo a celebrar mi cumpleaños”. (Fuente: Las Provincias).

         Se sentaron unos cuantos y lo pasaron bien y con una sonrisa se fueron cada uno por su lado en modo “si te he visto no me acuerdo”

         Quiero comprobar que es mejor solo o acompañado. ¿Usted qué opina?

         Me he lanzado a preguntar y he hecho eso que los sociólogos llaman un trabajo de campo. Ahora mismo gana el solo, mejor que acompañado. Luego se ve que pasa y viene la nostalgia y los anuncios y nos lanzamos a felicitarnos y ya se ha liado otra vez.

          Cuidado con confundirse y cuando digas que te vas a hacer un trabajo de campo, que no te confundas.  No es lo mismo que un trabajo en el campo, por lo que aprovecho para recomendar, en el uso del lenguaje prudencia, no acabe usted en uno de esos huertos urbanos que hace un tiempo se pusieron de moda para que el personal se lo pase bien en una especie de encuentro con la naturaleza.

         Eso son Inventos para rompernos la espalda y terminar en la misma puerta de urgencias. Nos los venden diciendo que son sanos (ja, ja).

         Es el camino entre el coma etílico o la manía de hacernos trabajar en la recolección de nuestras propias verduras, en plan vegano con lo cómodo que es el ir a la frutería de la esquina, regida por personas de origen pakistaní, suramericano y de paso incentivas el negocio local y ayudas agentes a buscarse un presente.

         Aquí quien gana son los niños que con ese rollo de papá Noel y los tradicionales Reyes, los papás modernos se rascan la faltriquera dos veces. ¿Por qué? Porque mi hijo no va a ser menos, o qué, dice la mujer al marido y el hombre curtido de hoy en familia conciliada amolla.

         No pasa “ná” y en todo caso siempre nos quedará la “guita” que nos devolverá el Banco con lo de las clausulas suelo. Ja y ja o sea dos veces Ja. A pasarlo bien siempre…solo o acompañado

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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