JIAJIA Y JINGYING
Estos son los nombres del ingeniero chino, experto en inteligencia artificial, y su mujer biónica. Se la ha fabricado él a su medida. Ha perdido la delicia de la discusión matrimonial.
Al parecer el experto había tenido una experiencia fallida en materia de amor terrenal y arrastraba una frustración más larga que la muralla de su país – China-.
El ingeniero no estaba preparado, digo yo. Lo imagino discutiendo con su pareja humana por un quítame allá esas pajas.
Especulo con el asunto. Como no sé chino, por el momento, traduzco por libre mi imaginada escena.
Nena ponme un té- el ingeniero reposa en un sofá, mientras piensa en algoritmos y hace cálculos acerca del precio de la vivienda en Pekín.
Ella lo mira y decide empezar a sentar sus reales y al estilo occidental, según le han contado, le contesta:
Póntelo tu o que te lo ponga tu madre (todo esto en chino que suena distinto).
El ingeniero se queda megaojiplatico y se da cuenta de que todo ha cambiado y se hunde en una depresión, hasta que una noche decide dar un paso más en su vida y comienza a calcular. Tras meses de investigación y muchas notas sobre la mujer ideal “da a luz” a la robótica y ya tenemos nueva pareja.
De momento Yinying no anda, pero todo se andará. Hace días, se dice, que el ingeniero luce una sonrisa amplia y no sale de casa a tomar copas con sus amigos, ha abandonado la tentación del juego y el opio. Por las noches se oyen suspiros y grititos que son la envidia del barrio, aunque son un poco metálicos los grititos, suenan a chatarra.
La cosa va a más. Si en Barcelona han abierto un burdel, dicen, para practicar sexo con muñecas de silicona, Valencia está a un paso.
Aquí de momento tenemos a Grazzi y Marzá para entretenernos. Quizás un poco de inteligencia, aunque fuera artificial, le podríamos pedir a este ingeniero de nombre Jiajia y no es cosa de risa lo que aquí propongo.
¿Cuanto votos le va a costar al tripartito lo de los autobuses y la lengua?!Ojo al dato!