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Mikel Labastida

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Pepe Hervás, el recolector de noticias

LOS SECUNDARIOS DE LA TELE (CAPÍTULO 2)

 


 

A Pepe Hervás es raro que se le tuerza el gesto o se le frunza el ceño. Ha sido espectador impasible de innumerables tertulias políticas, de enganchones dialécticos, de dimes y diretes. Y él mantiene la calma y la compostura. No se le arruga ni la camisa ni alguna de esas corbatas coloridas que a veces lleva. Solo en una ocasión, hace unos meses, los espectadores pudieron ver al periodista apurado y cariacontecido por la reacción y ataques de un invitado. A Hervás le tocó hacer una recopilación de prensa acerca de lo que los medios habían dicho recientemente del por entonces candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona.

Al socialista le gustó entre poco y nada la selección realizada y se lo echó en cara al final de su exposición. «Le voy a decir una cosa -le espetó-, yo que le escucho haciendo resúmenes, yo he leído en el último mes unas veinte encuestas y la más rara y la peor es la que usted ha publicado. ¡Qué curioso! Esa encuesta es falsa y es una acusación muy grave». A Pepe Hervás se le puso rostro de circunstancias y apenas alcanzaba a decir que él no había publicado nada, sino sencillamente había recogido lo que otros habían dicho antes. Pero Carmona erre que erre, que si había publicado una noticia que era falsa, que si había metido una que era peor, para terminar asegurando que a él no le gustaba criticar el trabajo de nadie. «Pues para no gustarle no deja de hacerlo», apuntilló certero Hervás.

Son esas coletillas y perlas con las que Hervás demuestra tablas y solera y las que le han permitido conservar su espacio (secundario) en la tertulia política nocturna del Canal 24 horas. Ha sobrevivido a la marcha de Vicente Vallés, al relevo de Xabier Fortes (tras la llegada del PP al Gobierno) y a la salida de Ana Ibáñez. Ahora permanece con Sergio Ibáñez, el también director de la emisora de noticias. Con este último comenzó Hervás la sección de hemeroteca que le costó las recriminaciones de Carmona.

El veterano periodista es un experto en prensa. Siempre le corresponde bucear entre páginas físicas y cibernéticas para destacar cómo recogen los medios diferentes noticias, qué destacan en sus portadas, en qué últimas horas se centran las cabeceras y cuál es el espíritu de los editoriales. Escarba, revuelve, indaga. No solo en firmas nacionales, sino también en internacionales como ‘Financial Times’ o ‘The Washington Post’, entre otros. Lee entre líneas y huele la retranca bajo la tinta. Pocas veces estuvo el papel tan bien reivindicado como con él.

 

En tiempos en que la mayoría de espacios dedicados a la política en la pequeña pantalla cuentan con chicas jóvenes, simpáticas y guapas para ejercer la función de presentadoras-florero-leetweet, Hervás se erige como excepción que confirma la regla. Lo habitual es que la función de subrayar titulares y de observar qué se cuece en las redes sociales se encomiende hoy en día a una muchacha lista y bien parecida, de características siempre similares, sea en el programa de Buruaga o en los de La Sexta.

Hervás sobrevuela a las modas. Es ajeno a ellas. Juega con la ironía, demuestra destreza con el lenguaje y echa mano del bagaje que guarda en la memoria un hombre dedicado a la información durante más de treinta años.

Ha visto las noticias desde todas las barreras. Durante los ochenta y noventa viajó tras la información como corresponsal de Bélgica, Países Bajos o Reino Unido. Fue rostro de informativos, al presentar el Telediario en su tercera edición, esa que se ofrecía de madrugada con los acontecimientos más reposados, que abanderaron insignes profesionales como Carrascal o Luis Mariñas y que fue desapareciendo de todas las parrillas. Generó noticias en su etapa en comunicación de Banesto y las plasmó en papel al frente de diversas cabeceras regionales y digitales.

Defensor de las emisoras públicas, Hervás mira de reojo la tele americana y la BBC, esa gran envidiada. Podría ser un lord, por sus gestos y modales, pero nació en Albacete y lleva a mucha honra el nombramiento de castellano-manchego del Año por una carrera de fondo y secundaria desarrollada entre la información política y nacional.

 

 

Artículo publicado en los diarios de Vocento el 26/07/2015

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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