Si hay una capacidad física que se olvida con frecuencia y que es fundamental para llegar a tener un ‘cuerpo fitness’ esta es, sin duda, el equilibrio. Normalmente todo el mundo se centra en la fuerza, la resistencia o la velocidad pero son muchos los que, pese a hacer grandes esfuerzos y llevar una dieta correcta, dejan en un segundo plano el equilibrio.
Tener una estabilidad correcta es fundamental para avanzar, para tener un buen cuerpo y, sobre todo, tener una harmonía física. El equilibrio forma parte de la salud física y, pese a que se pierde con el tiempo, se puede entrenar.
Justamente esta capacidad se va oxidando a medida que pasan los años por varios factores. La disminución progresiva está vinculada a la visión, los nervios de la planta del pie que envían mensajes al cerebro sobre la posición y el oído.
El equilibrio, al igual que la flexibilidad se entrena. De hecho es fundamental para ir ganando capacidad de movimiento y sus beneficios repercuten en los entrenamientos de fuerza, en los corredores y un largo etcétera de deportistas. Así que, ya sabes, no lo olvides.
Seguro que muchos tenéis la imagen de tipos tan fuertes que, para girarse, deben hacerlo todo con de una pieza, como si fueran robots. Es fundamental que luchemos contra el tiempo y ganemos equilibrio y flexibilidad en músculos y ligamentos. De hecho, casi siempre que se entrena equilibrio se entrena a la vez la flexibilidad y viceversa, así que aprovecha.
Hoy en día hay disciplinas que focalizan gran parte del trabajo en ganar equilibrio y flexibilidad. El yoga, el Body Balance o el Pilates son perfectos y van a poner a prueba tu fuerza y tu resistencia. Van a fortalecer músculos internos y, a la vez, recolocar la postura No lo olvides, introduce estas clases como parte de tu rutina para tener resultados más evidentes y completos.
No obstante, puedes ir ganando poco a poco equilibrio realizando determinados ejercicios, muy sencillos, en cualquier parte.
Por ejemplo, andar de puntillas sobre una línea y luego con los talones es muy efectivo. También andar de lado, moviendo primero una pierna y luego la otra en paralelo. Otro ejercicio básico es levantarte y sentarte de una silla con la espalda recta y sin ayuda de las manos, que deberán estar extendidas hacia delante.
Por último, intenta mantener el equilibrio sobre un solo pie, sujetando con una mano el pie contrario por el empeine. La mano libre puedes extenderla hacia delante para buscar reforzar el equilibrio. Poco a poco, la pierna elevada puedes ir apartándola, como si quisiera separarse de tu cuerpo, sin hacer fuerza con la mano. Poco a poco conseguirás llegar a la postura del bailarín.
Si controlas todos estos ejercicios puedes retarte haciéndolos con los ojos cerrados a cambiando el centro de gravedad de cuerpo poco a poco.
Es importante nunca olvidarte de estas capacidades que son igual de importantes que las otras y que, como siempre sucede con el cuerpo, van a interactuar y te van a ayudar a lograr tus objetivos.
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