“Llevo muchísimo tiempo, desde que soy presidente del Gobierno, esperando para poder dar una noticia como esta”. Eso decía ayer Rajoy para referirse a la bajada del paro. La gran noticia no era -aunque lo fue- que España se librara de un rescate. Entre otras cosas, porque sí hubo rescate a la banca, pero se hizo con suficiente discreción como para que no afectara demasiado a la imagen de solvencia de nuestro país, a diferencia de otros de nuestro entorno.
La gran noticia es que cada español tenga trabajo, que no haya hogares sin ningún sueldo ni una generación expulsada del mercado laboral a los 50 y otra, con la entrada vetada a los 25. Esa es la mejor noticia que nos pueden dar. Sobre todo porque no la conocemos a través de la prensa sino por experiencia propia. Es cierto que la prensa da la visión de conjunto. Ya no es un alivio personal sino social. Sin embargo, la percepción sobre el empleo no queda en las cifras que puedan ofrecerse sino en la sensación de que aquel que no tiene un trabajo puede conseguirlo en un plazo más o menos amplio. Lo contrario es el núcleo de la desazón y el desánimo que ha cundido en nuestra sociedad en los últimos años. Erradicarlo es un logro para cualquier gobierno.
Ahora bien, tras el dato, viene la guerra de interpretaciones. El gobierno, decidido a defender que es su gran éxito y que supone el inicio del fin de la crisis. Como diría Serrat, lo mejor de estar en el fondo del pozo es que de aquí en adelante solo cabe ir mejorando. Sin embargo, ni podemos caer en el triunfalismo acrítico ni nos merecemos un discurso derrotista y negativo como hacen algunos de la oposición. Es cierto que no es trabajo fijo, estable y en un contexto de condiciones deseables pero es trabajo. Quien no tenía y ahora tiene merece que nos alegremos por ello. Eso no quita para que exijamos las mejoras necesarias. La alegría por la creación de empleo no puede anclarse en el conformismo ni nublarse por la lucha partidista. Hoy mucha gente tiene un trabajo y un sueldo cuando ya habían perdido la esperanza. Hay que felicitarse y seguir trabajando por mejorar y por ampliar las cifras.