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Miguel Salvatierra

Sin fronteras

Trump vs. Underwood

Donald Trump, en un acto en la Universidad de Wofford en Spartanburg, Carolina del Sur. EFE/

Donald Trump hace tiempo que ha dejado de ser el habitual bluf alternativo de la campaña presidencial estadounidense que surge con una gran fuerza inicial para desinflarse a los primeros compases de las primarias. Nadie ha podido con él hasta ahora y la propia dirección del partido republicano se ha quedado sin recursos para frenar una mominación que a día de hoy parece imparable.

Donald Trump, en un acto en la Universidad de Wofford en Spartanburg, Carolina del Sur. EFE

Donald Trump, en un acto en la Universidad de Wofford en Spartanburg, Carolina del Sur. EFE

Si su candidatura republicana parece casi segura, la hipotética victoria en las elecciones presidenciales de noviembre se ve muy lejana frente a una solvente Hillary Clinton, por mucho que la ex primera dama despierte un fuerte rechazo en los sectores más conservadores. Sin embargo, ese partido todavía no se ha jugado y la mera posibilidad suscita una creciente inquietud.

Ante esa perspectiva, que difícilmente podría haber superado la ficción, resulta tentador comparar al multimillonario neoyorquino con el presidente televisivo Francis Joseph ‘Frank’ Underwood de la serie ‘House of Cards’. Que sepamos Trump no ha asesinado a ninguna periodista y examante ni tiene un fiel sicario que le secunde en su ambición homicida, pero puede llegar a dar más miedo que el personaje que encarna un antológico Kevin Spacey.

Maquiavelo criminal

‘Frank’ Underwood es un Maquiavelo criminal que detesta la debilidad y no duda en manipular y destrozar a las personas con tal de alcanzar su objetivo prioritario y único: el poder. Ser el presidente de la nación más poderosa de la tierra es su adicción. No se le conocen muchas más debilidades que una buena chuleta a la barbacoa y algo de sexo ocasional, pero son entretenimientos secundarios. Sin embargo, y a diferencia de Trump, Underwood  no  cuestiona el juego político y democrático. Detesta el racismo y la xenofobia, aunque su padre su fotografiara con un miembro del Ku Klux Klan, trata de impulsar la política social como medio de incrementar su popularidad e intenta coexistir sin bravuconerías con un presidente ruso émulo de Putin.

Kevin Spacey en el papel del presidente Underwood de House of Cards. R. C.

Kevin Spacey en el papel del presidente Underwood de House of Cards. R. C.

Al menos de puertas para afuera, el presidente televisivo no reniega del sistema democrático, acepta las normas y busca ganar con ellas, aunque sin escrúpulos. Por otra parte, su inteligencia es innegable y presenta una imagen impecable, reforzada además por una primera dama exquisita y elegante, aunque a veces le complique mucho la vida, interpretada también de forma fantástica por Robin Wright.

Simplista y visceral

Frente a Underwood, Trump es la viva imagen de la tosquedad, xenófobo, misógino y sin ningún tipo de respeto hacia el Estado de derecho. Su mensaje simplista y visceral ha calado en amplios sectores de la clase trabajadora que se creen marginados por otras minorías y víctimas de la burocracia de Washington. Ese sentimiento estaba ya ahí, pero el Tea Party no supo sacarle rentabilidad política o todavía no era su momento. Ha sido ahora el magnate con su aureola de triunfador y sus mensajes de soluciones mágicas el que ha roto todos los esquemas.

Es un poco vergonzoso preferir a Underwood frente a Trump, pero a ‘Frank’ nunca le elegiría The Economist entre los diez peligros para el mundo.

El presidente de ‘House of Cards’ puede llegar a inspirar más confianza que el multimillonario neoyorquino

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