La ‘gripe española‘ causó más víctimas que el ébola, el sida o la famosa ‘gripe A‘. Fue una epidemia que asoló medio mundo entre 1918 y 1920 provocando un número indeterminado de muertes, entre 20 y 40 millones según las fuentes. Pero pese a lo que pueda parecer no se originó en España. Su nombre está más bien relacionado con un ejemplo de libertad de expresión que se dio en España frente a la censura que se impuso en las democracias más consolidadas de la época sobre esta pandemia.
1918 es uno de los años más negros de la historia. El armisticio del 9 de noviembre concluía la Primera Guerra Mundial que en sólo cuatro años había provocado, según algunas estimaciones, 30 millones de víctimas. El impacto psicológico del conflicto, si cabe, fue aún mayor. Puso un abrupto fin a una época caracterizada por el optimismo en el hombre, en los avances técnicos, en que la guerra era cosa del pasado. Esos años pusieron fin a un sueño y segaron la vida de una generación.
Poco antes de terminar el conflicto, se detectó entre algunos soldados norteamericanos recién llegado a Europa unos casos de gripo muy virulenta y con una alta tasa de mortalidad. Provenía de una mutación de un virus aviar (como la gripe A) desencadenó una pandemia, una de las peores de la historia, que afectó a más del 25% de la población de EE UU; 250.0000 británicos murieron; 200.000 españoles mientras que en India los fallecimientos superaron los 1o millones. Nadie se libró. Afectó a jóvenes y ancianos, sanos y enfermos por igual.
Los gobiernos se encontraron ante un problema de opinión pública. El conflicto bélico, que se creía que duraría unos pocos meses, se había prolongado cuatro años. Los ánimos de la población, frente a la exultación inicial por ir a la defensa de la patria, había dado paso al pesismismo y al desencanto. El temor a una revolución social estaba presente en todos los países. Los bolcheviques había destronado al Zar en 1917 mientras que al finalizar la guerra en Alemania surgió el movimiento espartaquista. Los movimientos socialistas y comunistas se extendían ante el temor de los gobiernos.
La Gran Guerra fue un golpe demoledor. En tal contexto los gobiernos no estaban dispuestos a generar más inquietud entre la población dando alas a una epidemia como no se recordaba en Europa desde hacía siglos.
La consecuencia fue la censura previa, en la que participaron también los dueños de las principales cadenas de medios de comunicación, de forma que en la prensa de los principales países contendientes se tendió a minimizar la importancia de la enfermedad.
Algo que no sucedió en España donde se informó sin ningún tipo de ambajes. Una de las teorías más curiosas sobre la denominación de’gripe española’ se debió a que en un primer momento se consideró un patógeno creado por los alemanes e introducido en conservas españolas. Un rumor totalmente falso. Lo que sí es cierto es que España fue uno de los países más afectados con millones de muertos. Este hecho y el que no hubiera censura permitió abordar la enfermedad y publicar todo tipo de noticias de forma que por asociación la gripe de 1918 se conoció como la española.