Los Border Collie, Pastor Belga Malinois, Pastor Australiano, Kelpie, Perros de aguas español o Shetlands no son los reyes absolutos del Agility, los concursos en los que los perros saltan, atraviesan túneles y ascienden y bajan rampas de madera a toda velocidad. Los majestuosos ‘chuchos’ les superan más de una vez. “Los mestizos y adoptados somos cada vez más competitivos y a menudo por encima de las razas predominantes”, subraya orgulloso Óscar Collado, miembro de un grupo de Agility integrado por perros adoptados, dueño de Iria, una podenco con una montaña de premios en la disciplina, y una de las almas mater del precioso proyecto que tendrá lugar este sábado en Silla. Allí tendrá lugar el I Open Benéfico de Perros Mestizos y/o adoptados, una cita con un doble atractivo: la demostración del poderío y belleza de los perros abandonados y la recaudación de dinero para un sinfín de entidades animalistas: La Perrita Valiente, que es quien organiza el evento, Michel Rescue Dogs y Let’s Adopt. Además habrá varias protectoras que montarán sus stands en en el Open: SPASAV, Adopciones Felinas Valencia, SVPAP y la Protectora de Animales LACUA de Alzira, por el momento.
El propio Óscar explica cómo surge este pionero evento. “La idea de realizar un Open de perros mestizos y/o adoptados se originó en el grupo de Facebook. Hicimos un sondeo para la celebración de nuestro primer Open y Valencia fue la que ganó, seguida de Barcelona y Girona. Somos 200 miembros, y sobre todo muy orgullosos de practicar este deporte con perros que en principio no son perros de trabajo. Que aunque en la actualidad las razas más utilizadas para este deporte (inscrita en el registro de entidades deportivas de la comunidad valenciana con el nº 3 de la sección 4º) sean Border Collie, Pastor Belga Malinois, Pastor Australiano, Kelpie, Perros de aguas español, Shetlands… los mestizos y adoptados somos cada vez más competitivos y a menudo por encima de las razas predominantes”.
Desde la organización del Open subrayan que el agility “es para todos, por lo que no discriminamos a ningun perrete, independientemente de su raza por lo que es verdaderamente un Open”. A fecha de hoy hay ya 80 equipos inscritos (equipos procedentes de Girona, Lleida, Barcelona, Tarragona, Teruel, Castellón, Alicante y Murcia) y el plazo finaliza el miércoles 7. Para participar en el Open se requiere un Nivel 2 o Grado 2 en cualquiera de las federaciones o sociedades caninas y que el perro haya cumplido los 18 meses.
Los organizadores esperan que se alcance en torno a los 100 equipos sin contar los equipos de preagility. “El preagility podríamos definirlo como una etapa de iniciación en la que abordamos los obstáculos de agility de forma divertida y tranquila sin presiones y siempre en positivo para que el perro gane confianza y seguridad con trazados fáciles y amenos. Estos no se inscriben hasta el mismo día y puede apuntarse cualquier persona que tenga un perro y quiera pasar un rato divertido“, enfatiza Óscar.
Aquí van las asociaciones que recibirán donativos del evento:
Y ahora, la historia de tres TITANES del Agility, tres perros que pasaron de ser abandonados a estrellas de la disciplina. Lo cuentan sus propios dueños.
Sobras, el campeón de Maxi 2
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Sobras.
“Antes de querer un perro, primero decir que yo llevaba toda la vida queriendo un perrito. Cada vez que me preguntaban, “¿no quieres un hermanito?”, yo decía que lo que quería era un perrito. Al final convencí a mi abuela de que me dejara tener un conejo, que lo cuidaría ella, así que en una feria de animales que hacen en un pueblo al lado de Bronchales, pues me iba a comprar un conejo. Cuando llegue con mi abuela a por el conejo me dijo que un conejo no, pero un perrito pequeñito sí que lo cuidaría entre semana, ya que mis padres trabajaban y los fines de semana lo tendríamos nosotros. Así que mi madre empezó a buscar perros en adopción por internet, y encontramos a Sobras, (que se llamaba Gordo) y fuimos a verlo y no era tan toy como queríamos (es large ) pero me enamoré y nos lo quedamos. A Sobras lo abandonaron en el río de Valencia. Por su forma de ser supimos que lo habían maltratado y que probablemente lo tenían encerrado en una habitación porque no sabia ni escarbar ni nada. Me alegro de haberle dado una oportunidad a Sobras. El nombre no es porque se coma las sobras, es por una de mis películas favoritas, que sale un perro que se llama así”.
Lucha, la superviviente del contenedor
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Llevaba un tiempo queriendo un perro y por circunstancias de la vida no podía, siempre se cruzaba algo… Enfermó mi padre, la persona más importante para mí y faltó tras meses volcada con él… A los 10 días una amiga me manda la foto de dos peludas gordotas y adorables a las que habían tirado a un contenedor a diez grados bajo cero. Fui a conocerlas y me enamoré de la gruñona (de Lucha). No dude de que sería mi mejor compañera de vida, mi Lucha para salir adelante ¡y así es! Lucha es una perrita muy complicada, tiene un carácter como el de la dueña (jejeje) y el agility me ha ayudado a controlarla más y disfrutar aún más nuestro vínculo… Con lo que me hace rabiar y no la cambio por nada.
Iria, una reina del Agility (la podenca de Óscar)
Iria, junto a sus 6 hermanit@s, fueron recogidos de un barranco de Picassent por voluntarios de SPASAV. Llegó con 3/4 semanas de vida a la protectora, pero esta no es sitio para unos cachorritos tan pequeños. Fácilmente convencí a mi pareja para hacer de casa de acogida temporal, puesto que tenía en mente un perro de trabajo (PDAE) ya que me encantaba el Agility y Dau, nuestra cocker y también adoptada, tenía problemas de visión y tropezaba con los obstáculos.
Iria poco a poco fue conquistando a mi pareja. Yo no quería cogerle cariño pues sabía que un día marcharía, pero no podía negar lo inteligente y muchas otras cualidades que tenía la podenquita. Llegó el día que una familia quería adoptarla y mi pareja me dijo que esa perrita se quedaba en casa sí o sí, que su casa era esta y no otra. Y mi pareja adoptó a Iria.
Cuando Iria hizo los 3 meses empezamos el curso de obediencia en la escuela canina de Bicho Peludo, y conforme avanzábamos en el curso descarté tener un perro de trabajo porque todas las características y cualidades que buscaba en un perrete para hacer agility lo tenía delante. Iria en el Agility me la ha hecho todo muy fácil, le encanta entrenar y complacerme. La conexión que tenemos tanto dentro como fuera de la pista es muy grande y especial. No podemos vivir el uno sin el otro. Creo que es la mejor perrita que voy a tener TODA mi la vida. Y es de lo que más quiero en este mundo. Es una pasada de perra que nada tiene que envidiar a otras razas de trabajo.