Groucho Marx dijo una vez que “más vale permanecer callado y parecer tonto que hablar y disipar todas las dudas“. Hay gente que pasa a la historia por lo que ha hecho y otros por lo que han dicho. Declarar la guerra a Dios puede hacer que los libros te dediquen unas líneas, pero es díficil saber si lo hacen por mercerlo o por ser un tanto lenguaraz. Quizá en algunos casos mejor, como en el de este valenciano, les habría ido aplicarse la máxima de Groucho. De lo que no hay duda es de quien fue el vencedor en esta guerra ‘virtual’.
Félix Azzati fue un personaje muy conocido en las tres primeras décadas del siglo pasado. Periodista polemista y político republicano y anticlerical, actualmente tiene una calle dedicada en Valencia junto al Ayuntamiento.
Su padre era un inmigrante italiano de humilde condición. Su hijo tuvo desde el primer momento hondas inquietudes e inició una formación autodidacta e improvisada. Tenía más de 50 años cuando consiguió el título de derecho. Además, fue traductor de Pirandello al castellano.
Pero su paso a la posteridad se lo debe al ejercicio del periodismo y de la política. Fue uno de los más cercanos colaboradores de Vicente Blasco Ibáñez. Fundó junto al escritor el diario ‘El Pueblo‘ de cuya dirección se acabaría haciendo cargo a partir de 1906 y también fue miembro del Partido de Unión Republicana Autonomista.
Republicano de hondas convicciones anticlericales, fue elegido diputado en 1908 y mantuvo su escaño hasta 1923. Entre sus logros se encuentra la ya mencionada declaración de guerra a Dios en un artículo en el diario ‘El Pueblo’, una baladronada más que se une a otras que pronunció como que tenía más votos que la Virgen de los Desamparados (esta pronunciada en un debate parlamentario en las Cortes españolas).
Azzati también ha pasado a la historia por ser la primera persona en contraer matrimonio civil en la ciudad de Valencia y por ser causante, de forma totalmente involuntaria, del auge popular del traslado de la Virgen.
Tal y como cuenta en LAS PROVINCIAS Francisco Pérez Puche, en el calor de un debate parlamentario Azzati declaró: «Su señoría dice que la Virgen de los Desamparados tiene la mayoría de la opinión valenciana, y yo digo que no, pues cuando llega la hora de votar, la mayoría es republicana. Los Santos y las Vírgenes pasaron de moda. Nosotros sabemos admirar a los sabios, cuando van a Valencia». Y se armó. Hoy se siguen apreciando las consecuencias.