Los semáforos forman parte de nuestra vida. Sin ellos la circulación sería un auténtico caos. Nadie se imagina una ciudad sin ellos. En Valencia ya los hay hasta paritarios. Pero no siempre fue así.
El primer semáforo de Valencia se puso en 1930 en la plaza de la Reina y regulaba el paso de vehículos en el cruce con la calle San Vicente. Cuatro años antes se había instalado el primero de España en Madrid.
Tampoco Valencia ha sido la primera ciudad con un semáforo paritario. El mérito se lo lleva Jaén que los instaló en 2008. Valencia si es una de las ciudades con mayor número de semáforos por habitante, unos 750.
La particularidad era que funcionaba a mano y era accionado por un guardia urbano. Se instaló en el marco de las sucesivas remodelaciones que se realizaron en la plaza de la Reina hasta que se concluyó su diseño actual en los años 70 del siglo pasado.
La plaza de la Reina es un punto emblemático de Valencia, ya que, entre otras características, es el punto cero de la red de carreteras de la Comunitat además de que marca la numeración de todas las calles de la ciudad que comienza por la parte orientada a la plaza.
El primer semáforo del mundo se instaló en 1914 en la ciudad estadounidense de Clevelan, aunque desde mediados del siglo XIX existían en Londres una especie de candiles rojos y verdes manejados por un agente para regular el paso de transeúntes. La peculiaridad de este primer artefacto es que sólo tenía los colores rojos y verdes por lo que avisaba del cambio con un potente zumbido. El ámbar no se difundió hasta 1920.
El semáforo se introdujo dentro de las reformas que