Castellón y Valencia albergan, este mes, la celebración de los festivales TroVAM!-Pro Weekend y MUV!
La música valenciana vive uno de los momentos más decisivos de su historia. Posiblemente nos encontremos en una de las fases más prósperas en lo que a diversidad de artistas, productores, ediciones, medios de comunicación y difusión, actuaciones y festivales, calidad y variedad, se refiere. No obstante, el gran público (el mayoritario) sigue dando la espalda a una escena y una industria que tratan de importar, adoptar y adaptar modelos de estructura y funcionamiento que, en cualquier país mínimamente desarrollado del planeta, han cristalizado. El asociacionismo (en sus más diversas vertientes), o la intención de que la música moderna adquiera un estatus de arte con mayúsculas, y acabe desembarcando en las instituciones educativas, son algunos de los objetivos que varios profesionales del sector llevan tiempo empecinados en lograr.
De hecho, a lo largo de los próximos días, varios puntos de la Comunitat van a ser testigos de dos ejemplos más de ese laborioso proceso que trata de normalizar uno de los sectores profesionales valencianos con mejor materia prima.
La primera de esas citas tendrá lugar en Castellón entre los días 10 y 13 de noviembre. Allí camparán a sus anchas el TroVAM! y el Pro Weekend. El Auditori, el Teatre Principal, el Teatre Raval, la Plaça Major, y la de Santa Clara, son los escenarios elegidos en los cuales representantes de diversos sectores del mundo cultural, en general, y de la música, en particular, convivirán e intercambiarán visiones sobre el presente y futuro de la industria sonora. Serán, en total, más de 60 actuaciones y una veintena de actividades. Por lo que respecta a las primeras, el protagonismo casi absoluto será para artistas de la tierra que utilizan el valenciano como lengua para mostrar sus inquietudes culturales. Hablamos de propuestas como las de Mireia Vives i Borja Penalba, Xaluq, Ona Nua, Gener, Geografies, Novembre Elèctric, Inèrcia, Ambros Chapel, Holy Paul, Montefuji, Ruth Baker Band, Carles Santos o Andreu Valor.
En cuanto a las actividades paralelas, el certamen, que cuenta con el concurso de algunas de las principales asociaciones empresariales valencianas del sector (la Valencian Music Association! y Pro Weekend, como organizadoras, además de Editors Musicals Valencians Associats, MUSICAPROCV, EN VIU! o el Col·lectiu Ovidi Montllor), ha programado varios encuentros y presentaciones, además de mesas redondas y debates en torno a temas como las nuevas políticas musicales, la visibilidad de la mujer en la industria, la relación entre música y territorio, los circuitos, los derechos de autor, el asociacionismo, la profesionalización o la obra literaria en torno a la música. El domingo 13, además, tendrá lugar la gala de entrega de los Premis Ovidi.
Esta cita coincidirá en el tiempo con el MUV! Circuito Música Urbana Valencia, que se celebrará en la capital, más en concreto en el barrio del Cabanyal-Canyamelar (del 11 al 13 de noviembre). Con parecidos objetivos («potenciar la música en directo en el espacio urbano, promocionando la escena musical y fomentando su diversidad y creatividad»), el festival encara su segunda edición (la primera tuvo lugar en Russafa), contando con más de una treintena de artistas, que se dejarán caer por siete espacios escénicos diferentes (Sociedad Musical Unión de Pescadores, La Fábrica de Hielo, el Teatre El Musical, la Sociedad Musical Poblados Marítimos, el Ateneo Marítimo, La Carbonera y No Hay Nada Mejor Que 27 Amigos).
En este caso, la oferta musical se antoja un tanto más ecléctica, ya que en el cartel encontramos nombres como los de Alba Molina, Martirio, Arcana Has Soul, Arthur Caravan, Grup Instrumental de València, Albert Sanz, Latino & Belenguer Quintet, La Ranamanca, La Trocamba Matanusca y Baraka Circ, Ales Cesarini, Pau Alabajos, Meridian Response, Mano de Gato, Marieta Ganduleta o Viktorija Pilatovic. En cuanto a las actividades paralelas, habrá debates, actividades infantiles o muestras como la exposición de fotografía colectiva Valencia, territorio musical, con instantáneas de El Flaco, Liberto Peiró, Daniel García-Sala, José Antonio Gómez, Iziar Kuriaki, Alejandro Sánchez, Javi Reaktiu y Juan Limousine.
Ante tamañas iniciativas, y otras muchas que, en los últimos años, comienzan a inundar, tanto espacios cerrados como plazas de nuestro territorio, no obstante, cabe hacerse algunas preguntas: ¿La incesante proliferación de asociaciones y eventos, está contribuyendo a dar más visibilidad a nuestros artistas? ¿En este proyecto más o menos común, el objetivo de conseguir que la música valenciana llegue a la mayor cantidad de público posible, es prioritario, o secundario? ¿Corremos el peligro de fomentar (consciente o inconscientemente) hábitos endogámicos? ¿Nos dirigimos hacia un estado de masificación de ofertas, o el respetable es (o será) capaz de digerirlas todas? ¿Es necesario tratar de sumar a la causa del asociacionismo a aquellos creadores y colectivos que no se sienten representados? ¿Qué papel (sobre todo de visibilidad) deben jugar las Administraciones y los políticos en este proceso? Ojalá, en algunos de estos foros encontremos las respuestas.
Los discos de la semana
Miedo, asco y Diazepam (KDF Records, 2016)
Grabado, junto a Alberto R. Lucendo, en los Rockaway Studios, este Miedo, asco y Diazepam supone el retorno de los castellonenses tras Bestiario (si no tenemos en cuenta la banda sonora de Five days to dance). En comparación con aquél, la banda muestra una mayor querencia por la inmediatez. Así pues, el grado de componente épico se ha visto reducido, en beneficio de una contundencia sonora que huele un poco menos a dramatismo, y un tanto más a rabia. Así lo demuestran, sin ir más lejos, una Auditiva que, en su aparente calma, se construye a partir de un robusto muro sonoro, la frenética Monkey rec., o la llamativa Ahumados, una de las piezas más emotivas del disco. Todas ellas, eso sí, en contraste con la ambiciosa Houdini, logran llegar de manera más directa al oyente, sin descartar totalmente esa pizca de densidad ambiental tan característica de la banda.
Carpeta (Autoeditado, 2016)
Como un niño con LEGO nuevo. Así se viene sintiendo Pilar Barrachina (Fitzcarraldo y Felpudo Tos) desde este verano, cuando, ni corta ni perezosa, decidió utilizar sus ratos libres para dar rienda suelta a una incontinencia creativa, injustamente silenciada desde hace años. Este Carpeta es una muestra más (desde julio van más de media docena de criaturas) de esa maravillosa pasión por la anarquía sonora, en particular, y la cultura libertaria, en general. No esperen, en Agua Piscina, orden ni concierto y, mucho menos, previsibilidad y pasión por el encasillamiento estilístico. Aquí, todo fluye de manera casi espontánea para llegar adonde muchos ni tan siquiera son capaces de asomarse.