No hay nada que frustre más que estar buscando empleo y ver las dificultades y barreras que se abren a nuestro paso. No comprendemos muchas veces porqué las empresas no nos seleccionan, y arremetemos contra ellas quejándonos de que “ponen muchos requisitos”, “que contratan sólo a conocidos”, o simplemente, “de que no contratan”.
Ese es nuestro punto de vista como trabajadores, pero ¿qué opinan las empresas? ¿qué piensan ellas sobre su forma de seleccionar a los candidatos? En los años que he estado tramitando ofertas para empresas, he tenido la ocasión de hablar con cientos de empresarios y su visión es, desde luego, muy diferente. Aquí he querido reproducir algunos de los argumentos que a lo largo de estos años he escuchado.
1.- Contrataré en mi empresa antes a mi hijo, a mi sobrina o mi amigo del pueblo antes que a ti que no te conozco de nada. Esta es una realidad irrefutable por mucho que nos duela, pero es seguramente lo mismo que haríamos cada uno de nosotros si estuviéramos en la misma situación. La red de contactos es la principal vía para acceder a una empresa, y como dice Ximo Salas, “si no tenemos un cuñado que tenga una empresa, nos lo buscamos (LinkedIn)”.
2.- No te voy a contratar porque tengas 2 hijos o tengas que pagar una hipoteca, no soy una ong. Te voy a contratar porque tengo una empresa y es mi medio de vida, y para poder ganar dinero necesito de otras personas que me ayuden a conseguirlo, y por eso te contrato. Nuestro principal argumento en una entrevista de trabajo será demostrarles que somos el candidato que más le va a ayudar a ganar dinero, independientemente del puesto en el que estemos.
3.- Yo pongo los requisitos que necesito para mi empresa, no me adapto a los que tú tienes para que los cumplas. En ocasiones he escuchado que las empresas cada vez piden más requisitos, claro, quieren al candidato más completo y mejor formado, otra cosa es que lo encuentren. Por eso no debemos desanimarnos y no dejar de enviar nuestra solicitud, siempre y cuando nuestro perfil encaje en “lo esencial” con la oferta. Por ejemplo: si piden un camionero y no tenemos el C1, no la enviaremos; pero si piden un camionero con inglés, podemos intentarlo. Todos sabemos que las empresas buscan al “candidato ideal”, pero que si no aparece, prescindirán de algunos de esos requisitos porque necesitan cubrir el puesto.
4.- Las condiciones laborales serán las que me permitan la ley y la oferta y la demanda, lo que no quiere decir que sean las más justas, sino las que más me interesen. Si nos referimos a los salarios, no tienen porqué ser siempre lo más bajos, dependerán de otros factores como por ejemplo, si hay pocos candidatos disponibles de un perfil mayores probabilidades de tener un mejor sueldo; de tu valía profesional (mira lo que cobra Messi) o de que tengas un puesto decisivo en el negocio (un cocinero en un restaurante). En este punto añadimos que si queremos denunciar cualquier tipo de abuso laboral o ilegalidad, lo podemos hacer ante la Inspección de Trabajo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
5.- No voy a contratar al mejor candidato, voy a contratar al que considero que es el mejor candidato para mi empresa. Los procesos de selección no son como unas oposiciones en el que cada uno de los méritos está fijado y tasado, y aquél que obtiene más puntuación es el que consigue una plaza. En las empresas, ellas pueden decidir que una persona con menos experiencia es mejor candidato, o que valoren más la experiencia que los títulos. Ahora bien, si tienes la experiencia y los títulos, tendrás sin duda más posibilidades. También tenemos que tener en cuenta los elementos subjetivos como el saber estar, la predisposición, la actitud…. que tienen una gran influencia a la hora de seleccionar a los candidatos.
Lo que he querido trasladar aquí es que si bien podemos enfadarnos con las empresas, estar en desacuerdo con sus políticas de selección, ver cómo contratan al hijo del dueño aunque no sepa hacer nada (allá él como gasta su dinero), con eso no vamos a conseguir condicionarlos, ya que una empresa contratará al final a quién quiera, incluso, podrá no contratar.
Hace unos meses un amigo, cansado de buscar empleo, decidió apostar por su propio negocio y necesitaba a una persona que le ayudara en la tienda. Me resultó sorprendente observar como todas sus quejas hacía las empresas cuando él era candidato, se volvieron exigencias cuando él era el que tenía ahora que contratar.