FLASH
LA DEDICACIÓN
En el juego semántico que supone cada palabra el verbo “dedicar” puede tener distintas acepciones y yo creo que es transitivo por esa misma razón.
Es la polisemia a la que yo estoy dedicado desde hace años.
Cuando digo que estoy dedicado a ello no es que suponga que solo vivo para ello, sino que es uno de mis campos de interés; el intentar llegar al significado de cada palabra dicha, pronunciada, o escrita.
La connotación como vehículo espacial comunicativo que da a la expresión su significado real, un significado que puede estar, por el tono, las circunstancias en las que se dice impregnado de una u otra intencionalidad.
Transitivo porque trasciende de uno el “dedicarse a” y cuando no es así, surge lo contrapuesto y de ahí el opuesto intransitivo que en muchos casos tiene una lectura de “egoísmo”. No trasciende.
Todo aquel que dedica más cuidado, tiempo, esfuerzo y recursos a complacerse, puede caer en la calificación de “egoísta” y en un sentido menos duro podría ser calificado de “autocomplaciente”
Dedicación, aplicada a un contexto como es el de la salud, lleva aparejada una tilde, un acento que tiene que ver con la abnegación y de ahí que los cuidadores tengan reconocido su “status” oficial en el marco de la Ley de Dependencia- al margen o no de su cumplimiento.
Esa dedicación-abnegación supone una absorción del tiempo del otro: y si además esa dedicación no está remunerada, salvo por la ética o el amor al otro, este espacio reducido de la opinión hay que dedicarlo a un sincero homenaje a esas personas que, casi calladas, dedican su tiempo al cuidado del otro.
Si adjetivamos con “desinteresada” otros dirán, a lo mejor, que es ejemplar.
Demostrar los recovecos del alma humana en estos casos causa satisfacción, en unos tiempos en los que lo material, lo cuantificable, ha tomado carta de naturaleza. Buenos días.