LA CHISPA
Apología de los tirantes
Carlos Pajuelo de Arcos
El aire debe circular libre y alegremente a través del cuerpo, nada debe oprimirlo.
Con estos principios me desayuno cada día y los aplico sobre mí y eso me ha llevado a redescubrir los tirantes como columna esencial del origen de mis endorfinas y de la lucha contra la opresión.
Por cierto: ¡No a la opresión ¡ aunque venga de Cataluña, por ejemplo y lo digo de forma natural sin que venga a cuento en esta columna. ¡Qué quiere usted! Debe ser por la pesadez reivindicativa. A lo que voy.
Vi a fulano, también observé a mengana, que se apretaban sus carnes con sendos cinturones que casi estrangulaban sus sufridos diafragmas; el tipo sudaba inmerso en su chaqueta, su volumen triposo se desparramaba por encima del cinturón y tendía a subirse al pecho, adivinaba su escroto empujado vilmente contra los muslos por slips que eran armas de destrucción huevera en vez de los calzoncillos de toda la vida, amplios, generosos, donde la libertad del movimiento pendular es armoniosa y paralela al andar.
Ella asomaba sus pechos empujados hacia arriba mediante la brutal quijada del sostén casi wonderbra. No comparto esa violencia auto ejercida.
No al cinturón, abajo el slip, Fuera la tirilla opresora del sostén. ¡Vivan los tirantes!
La extrema delgadez, la figura atlética es el objetivo a alcanzar por las nuevas reglas de la estética que nos venden como señuelo envuelto en salud. ¡Cuidado camaradas!
Las dietas brutales que tratan de lograr en 20 días lo imposible, antes de las vacaciones agosteñas, por ejemplo pueden ser la fosa donde enterrar la ilusión y el libre balanceo de las partes íntimas.
La caída brutal del Sol sobre nuestras carnes humanas, es semejante a la tortura del picador, digo para estar a la altura, y la obtención del tostado, del moreno, abre la puerta a los melanomas.
Rubens caería en una depresión profunda al verlas tan delgadas, tan escurridas en huida mortal. Recordad hermanas los primeros versos del Cantar de los Cantares “Negra soy, pero graciosa, hijas de Jerusalén…”
Supongo que la chilaba, la clámide, la hopalanda, son inventos textiles a favor de mi teoría moderna del tirante. Todo esto lo digo porque he engordado un poco. Buenos días.