Es el caso que acabo de leer de la mano de mi admirado filósofo Alfonso Fernandez Trasguerres- siempre, ya lo saben hay que citar la fuente-una reflexión sobre el fracaso y me quedo con una cita de Diogenes Laercio sobre su homonimo Diogenes “el cínico” cuando pidió que le levantaran una estatua y preguntado que a qué venía eso, contestó : “Porque quiero no conseguirlo”. Se ejercitaba en el fracaso, señala el filosofo citado y yo, es más cómodo por cierto, lo subrayo y me adhiero a ello aquí.
Es decir que parece conveniente acostumbrarse a las “mal dadas” a base de plantearse cosas imposibles. Yo quiero una calle a mi nombre y está claro que no he hecho nada para que el municipio me la otorgue. Yo quiero un velero pero no me lo puedo comprar. Yo quiero quitarme de encima 35 años en plan Dorian Grey, pero no lo puedo conseguir y así, supongo, una infinidad de cosas que al saber de su imposibilidsad me curte.
¿Es falso? Un poco cuando me pido, como los niños, cosas imposibles pero si me pido cosas “casi posibles” y que yo creo que me merezco y nos las consigo es cuando surge la frustación y ahí , dicen los sabios, me curto. ¿Quiere usted curtirse conmigo? ¿Curtirse solo, en plan vicio solitario? ¿Me convertirá esto en un “masoca”? No lo sé es sábado, hace sol y estoy vivo. Buenos días.