LA CHISPA
carlospajuelodearcos.
lasprovincias.es
31.08.
CARLOS PAJUELO |
La fragata española Victoria atracó hace unos días en el puerto de Rota, cerca de Sanlúcar de Barrameda, emulando, quizás, a su homónima la Nao de Elcano, del mismo nombre.
Los supervivientes de la expedición de Magallanes fueron 18, incluido Elcano, de los 234 marineros que empezaron la aventura y hoy nos congratulamos de que los 222 militares de la fragata hayan vuelto a casa sanos y salvos…no como otros.
La ministra dijo en la bienvenida: «conseguir los acuerdos necesarios para que los piratas puedan ser ajusticiados con procesos justos, bien a través de un tribunal regional o a través de convenios particulares».
La lengua, en ocasiones, ayuda a precisar lo que uno piensa de verdad. Me refiero a «ajusticiar» frente a «juzgar».
Ajusticiar significa «aplicar a un reo la pena de muerte» es decir «ejecutar».
¿Deseaba la ministra- profesora de Derecho Constitucional antes que ministra en la Universidad de Gerona-hacer lo que su lengua expresaba? ¡Qué miedo!
Hay que medir bien el alcance de las palabras y de los compromisos, sobre todo en boca de personajes públicos.
«No hay quien me mueva»- dice un Camps ungido por el delirio de sus seguidores, pese a un Rajoy prudente hasta, se ve, que no quede registrada la inocencia judicial.
Sí por la boca muere el pez, por la boca puede acabar la credibilidad, Ahí tenemos el ejemplo estatal de un Gobierno que hoy dice A y mañana Z que, por cierto están al principio y al final del alfabeto.
Cuando uno oye la palabra «cuestión de estado» nota que tras su pronunciación hay un deliberado proceso de ocultar.
El célebre «míreme a la cara, de frente» de un tal Hernández Moltó a Mariano Rubio en un asunto de dinero negro, supongo que hoy, tras la intervención de la Caja de Ahorros de La Mancha, debe de quemarle la cara. ¿No?
Las palabras lanzadas al aire vuelan bajo y pueden ser un boomerang. No todas alcanzan el privilegio de convertirse en históricas en plan «sudor y lágrimas».
Muchos las analizan más allá del pasajero argumento de una columna de martes. ¡Cuidado con los «te quiero o prometo o te juro» ¿Han perdido valor? Buenos días.