Ayer tenía mucho calor. Estoy más gordo que ayer y a lo mejor menos que mañana y tenía en la nevera una variedad importante de helados. ¿Por qué tanta variedad?. Para poder renuciar al sabor que me gusta menos. Tengo en la reserva cosas para renunciar sin excesivo coste ético…si acaso un poco de dolor de corazón que es menos que de conciencia que dura más.
¿Es ético engañarse uno mismo? Si. Todo tiene que ver con uno y mientras no trascienda no es transcendental. ¿Un juego de palabras?. Yes. ¿Por qué no? Todo queda en la casa de mi cuerpo y de mi alma. ¿Culpable?. ¿De qué?.
Otra cosa es, mis queridos hermanos en facebook, que esto tuviera que ver con el otro, con los demás. Ahí le duele. Yo tengo el derecho de renunciar a lo que me de la gana. me afceta a mi , a mi colesterol, a mi reuma, a mi falta de agilidad o todo lo contrario y tengo el deber de que esto no sea así cuando el asunto se convierte en transitivo.
Renuncie usted o dimita si aquello que hace perjudica al otro. Es aquello de “más vale que se ate una piedra de molino al cuello…” un asunto dificl, por otra parte pero usted ya me entiende estimado colega en el profesorado Sr.Neira. A casa.
¿Me entiende?. Si. Aquí lo dejo entonces. ¿No?. El martes en mi columna de diario leame.Mañana más. Buenos días a todos ahora que aun estamos a tiempo.