Yo amo el deporte y el mar y las chuletas de cabrito- con perdón- lechal, y la paella, el alioli, y el jamón de jabugo- está este último caro, pero lo amo. Supongo que coma arriba , coma abajo , acento encima o acento dónde usted quiera, a usted le gustan también las cosas citadas y otras más. Ya lo sé. Las mujeres y a mi también.
Todo esto viene a cuento del hecho de leer titulares en los medios más sesudos acerca del triunfo local o la derrota que hace sangrar al respetable. Veo que la Reina Sofía baja y saluda, veo que Angela Merkel se da la mano con un jugador, pecho lobo descubierto, y que creo que es de origen turco y las masas del país que quiere entrar en la Europa de varias velocidades entra en coma afectivo.
Aquí han habido llamadas desde el Rey hasta no se quien para la entrega de los Príncipes de Asturias a los jugadores que nos dieron la mayor muestra de sindicación , unión y todo lo que acabe en “on” que el país ha tenido desde la invasión de Napoleón.
O sea que el deporte nos une, nos hace llorar, nos hace entrar en estado casi cataleptico on un penalti y nos hace odiar a Hamilton, por ejemplo y a cualquier otros que le haga una pitada a Alonso- al que no conozco personalmente y solo se que nos recomienda no se qué del Santander- cosa de la que yo no haré caso…porque creo que es un invento. Pero amo a Alonso, platónicamente se entiende. ¿Qué hora es¿ Coño las 13 28 . Lo siento me voy a ver a Alonso y a ver si de se dan una hostia los “enemigos de la F1” aunque espero que solo, claro está, se les estropee el coche. Bonjour o lo que es lo mismo Buenos días.