Ha sido ayer. Un minusválido atropellado y muerto en la carretera y el conductor se para un poquito, mira y huye como un facineroso. ¿Estaría vivo si lo hubiera atendido? Sobre su conciencia debe recaer el “asesinato”. !Es que iba por la derecha en mi mismo sentido! dice a lo mejor. ¿Y qué?.
La desatención es un arma letal y no hace falta que sea consecuencia de un atropello.!Cuanta desatención solemos practicar en todos los ordenes para que la muerte del otro sea inmediata o no se produzca sino lentamente!.
La Navidad es un acontecimiento lúdicocomerciomensual que nos llena de luces las calles y sigue manteniendo la oscuridad de muchas almas al socaire del “No puedo, no tengo tiempo no es cosa mía, vaya usted a saber, eso es en otro Departamento, a mi que me cuenta, pasan dos minutos y se ha cerrado!
Menos hipocresía y más dar el callo, más solidaridad,digo. No hace falta formare parte de ninguna ONG que vaya ahora a Irak, a Sudan, a Somalia y haya, por cierto que rescatarlos a costa del dinero de todos nosotros. A lo mejor el viaje está en la cama de al lado. Besos navideños y cárcel , como mínimo a ese conductor maldito que atropella, tiene miedo y huye. Buenos días.