Kate Middleton no prometerá “obedecer” sino “amar, confortar y honrar” al príncipe Guillermo cuando pronuncie mañana los votos matrimoniales en la abadía de Westminster.
Mientras terminaba de cenar mi hervido valenciano de toda la vida, el “papeo” real en Londres seguía su curso en la víspera del glamoroso acontecimiento que moja las intimidades de quienes envidian la pompa y circunstancia de quienes al amparo de los impuestos toman las catedrales, los castillos y los palacios como cosa suya. Es obvio que la democratización de las cargas y la exclusiva del disfrute por unos pocos puede levantar ampollas a aquellos que no son monárquicos de toda la vida.
¿Soy uno de ellos?. !Ah!. Lo cierto que esa formula anglicana de confortar me gusta más que la de obedecer. ¿Seré un iconoclasta derribador de muros de sexo o de género, como ahora gustan de llamar a la diferencia entre hombre y mujer? A mi no me gusta que me obedezcan sino que me conforten o confortar yo. Tomen nota los grupos feministas que hay ahí un trozo de pan revolucionario. Estoy con ellas.
La hasta ahora ciudadana Kate se convertirá desde las once horas, más o menos, en Alteza. !Qué cosas!. Menos mal que el carnicero y el ultramarinista ( es mejor que tendero) han sido invitados al ágape. Un toque con el pueblo siempre va bien. Luego pamelas y polo ( me refiero a ese deporte que se practica desde el caballo). No es un invento inglés, por cierto.Al parecer es importado y la pelota que golpeaban era la cabeza de un enemigo; importado de alguna de sus colonias. El Imperio ha revitalizado su sangre y yo sigo cenando hervido. El Supremo es grande. My God. Good morning.