Cambiar la seguridad aparente dentro de una casa, en un colegio, paseando por la calle un minuto más tarde evidencia la falsedad de muchos de nuestros planteamientos y previsiones. En Lorca han muerto unas personas a las que yo deseo un descanso eterno my a sus familias la resignación como único consuelo.
La ciencia no pùede predecir cuando la Tierra, que está siempre en movimiento en si misma y alrededor del sistema solar nuestro- hay miles-, va a toser. Ante estas situaciones permanecemos inanes porque es evidente que nuestra pequeñez , paradojicamente, se agiganta.
Frente a esto la vanidad de las pasarelas, los recibos de la luz, las discusiones vecinales dan risa. El que digan que gracias a que tenemos un plan de edificiaciones que contempla los seismos a efectos de evitar mayores desgracias es cierto, pero eso no sirve para quienes han “caído” victimas de la Naturaleza.
Solo queda el miedo y la lamentación y la solidaridad, claro. Buenos días.