Los medios de comunicación se han apresurado a bautizarle como el niño magnético después de haber visto que era capaz de sostener en su torso un variopinto surtido de quincalla metálica.
Esta noticia parcelada por mi tiene que ver con el extraño atractivo que mantenemos por aquellos que se diferencian de nosotros con alguna extraña cualidad como aquí es el caso.Le llaman el niño magnético y ahora , sus padres, dicen que hasta parece curar.Ivan es serbio y tiene el destino marcado.Será objeto de uso y abuso y cientos de enfermos imaginarios o no, irán a que se les cure con su poderes magnéticos.
Ya se sabe que en épocas de crisis nos agarramos a un clavo ardiendo. Ivan el Serbio, Ivan el magnético ayudará con su magnetismo a sacar a sus padres de la pobreza pronto. Se pasará y vendrán otros magnéticos. Estamos, en ciertas cosas, en el Paleolítico.Buenos días.