«El cerebro de un perro está dominado por el olfato. Tienen 225 millones de receptores en la nariz. Un can destina 40 veces más espacio en su cerebro al olfato que un hombre», subraya Dowling. Es difícil que se les escape un rastro y, menos, en un recinto cerrado como la casa de Bin Laden en Abbottabad
Ahí los tenemos como auténticos amigos del hombre- en este caso de los atacantes- para seguir el rastro. Su capacidad olfativa es envidiable. !Ah! si uno pudiera seguir la pista del dinero, de la infidelidad, la vanidad o el orgullo en el otro, tendríamos menos problemas o quizás más.
Imaginemos que pudiéramos hacerlo y nos enteramos. ¿Sería mejor o peor?. A lo mejor el estado de estupefacción por el que atravesamos la mayor parte de las veces es mejor para el “día a día”. Siempre me ha asombrado cuando me cuentan que un perro normal se siente contento cuando huele la llegada del amo a no se cuantos metros de distancia y debe estar bien porque el resto de la gente que vive con uno- la familia por ejemplo se alegra menos o eso parece que el can. Por eso se quiere tanto al can. Buenos días.