Este es el caso de mi vecino de Alacuás Moren. Moreno está enfermo y quiere que le den, como a otros, un algo vía Ministerio de Trabajo. Pone en marcha el suculento bocadillo de legajos varios adobados con tiempo y paciencia y espera. Un día recibe una misiva oficial, que no es lo mismo que una carta amistosa, dónde dicen que el vivo es un muerto. Le dicen a él, que está vivo y doliente, que él no es él y que le cancelan el expediente porque se ha muerto.

Moreno entra en crisis personal y familiar y pese a que se toca,entre otras cosas, sus partes y comprueba que en efecto “trempa”, por ejemplo, marcha como solo un vivo puede hacerlo a veres con el/la funcionario/a de turno a reclamarse y mostrases como ente celulamente vivo. Nada, que no hay tú tía. Se muestra, se palpa pero nada. Es la feria de la contradicción. Un si pero no. Por primar vez comprende a santa Teresa en aquello de vivir sin vivir y finalemnte ante la avalnacha de la contradicción va y se hace una fe de vida. Eureka. Moreno ya es de nuevo Moreno y en esa recuperación identitaria Moreno se hace hombre y se va l Ministerio de Trabajo yu al final le dan lo que entonces pidió.

Entretanto reflexiona para si y se dice, solo para si,claro. “estos cabrones se van a enterar” y en vez de alegrarse de vivir sin haber muerto aún, se empecina y se cae en una abismo de incomprensión y vive inquieto una temporada. Pasa un tiempo y al final toma le decisión: “Se van a enterar” y se querella poniendo a la cola de miles de querellas la suya. Es su aportación personal al cabreo colectivo nacionalsocialista o nacional en general colectivo. Si supiera francés Moreno quizás hubiera dicho al estilo de mi favorita Edhit Piaff  J´men fou… pues eso Moreno jódete con todos y tú a tu querella… a veer si cae algo. No estamos para bromas. Buenos días.