Cuando Julián Marías publicó ‘La educación sentimental’, en 1992, ya advertía que la vida «muestra ciertos síntomas de tosquedad, de pobreza, de monotonía, de inestabilidad; y lo que es más, de sequedad, de prosaísmo», y se preguntaba: «¿No será que nos falta una adecuada educación sentimental?»(fuente: las provincias). Los valencianos vamos a menos con esto de la cultura y a más con eso de embrutecerse. ¿Por qué? !Ah!
La falta de atención a los fenómenos culturales de nuestro entorno nos empobrece anímicamente y nuestra alma sentimental se hace más pequeña y la brutalidad crece. ¿Por qué,?otra vez repito.
Yo creo que la escasa implicación del individuo con la lectura,con el teatro,con la música, lo va alejando de la percepción de la existencia de un umbral que humaniza más al sujeto y que de no traspasarlo la animalidad toma campo.
Nos coloniza la brutalidad y hay un regreso al Cromagon. El Cromagon estaba bien para su época donde el respetable aprendía a vivir sin colas del paro, ni hipotecas bandidas,ni niños que reclamesen clases de ballet o de ingles,por ejemplo.
Por otra parte la oferta de cuevas era amplia y era posible elegir la que más te “molaba” y la más segura para que el oso de turno no hiciera contigo un “steack tartar”, El paso del tiempo hizo que los cromagnones fueran avanzando y llegasen a banqueros,por ejemplo y tuvieran en su poder casi todas las cuevas existentes en el orbe.
La gente ha dejado de leer un poco y ha salido indignada a la calle a gritar cosas sobre la economía global.Están en un estadio primitivo de expresión.No han descubierto la llamada acción popular que supone llevar ante la justicia a alguien que se sabe que ha hecho acopio ilícito de cuevas, alimentos, piscinas, viajes, regalos a costa del mismo respetable que se manifiesta.
Yo abogo por embrutecerse por la tarde de 18 a 22 hrs, por ejemplo y por la mañana a buscarse la vida y a poner a parir vía justicia a los sinvergüenzas que socializan las pérdidas y privatizan los beneficios. ¿Es un imposible? Yo lo escribo, lo digo a quien se pone a tiro y lo publico. Acción popular a toda mecha. Buenos días.