Estos días le he visto ‘la patita’ al Sr. Durán -portavoz de CIU en el Congreso- que ha devenido en más nacionalista de lo esperado en su tono y talante tradicional de mesura y seny. ¿Podía ser ese talante y tono una estudiada faceta de hombre de Estado? ¿Se esconde tras ella una personalidad xenofo-regional?

Es probable que en el fuego preelectoral convenga a su interés exaltarse para ser más papista que el Papa o lo que es lo mismo más catalanista que ‘el segaors’ o que el propio Salvador Espriu.

Esas declaraciones, dicen que mal interpretadas, acerca de los andaluces, esos avisos destinados al próximo gobierno para que se haga justicia fiscal con Cataluña, se dote de más infraestructuras o recordar que el corredor mediterráneo pasa por Cataluña no es sino, como el dios Jano, el de las dos caras de un mismo objetivo. Es el Cataluña ‘ja soc açi’, es el «Cataluña triunfante, volverá a ser rica y llena, atrás esa gente tan ufana y tan soberbia.» O sea nosotros.

Me da miedo la gente radical, me huele a fascista de última hora travestido de demócrata en tiempos nacionales.

Sus declaraciones relacionadas con el incremento de la natalidad procedente de extranjeras y su reflexión acerca de que el nombre más usado en 2010 haya sido Mohamed en el bajo Ampurdán,-son de interés; muestra una cierta preocupación con el índice de natalidad catalana y llama la atención sobre el particular y sobre el hecho de que la mezcla de estudiantes inmigrantes con el resto en detrimento, dice, de la eficiencia y de los resultados.

De perfil bajo estatal en campaña y de amplio y aperturista espectro en la legislatura, emite partículas de diferente gradación y efecto en quienes lo oímos.

Un día nos encanta, otro nos desconcierta. Hoy nos gusta y mañana nos desorienta. Es la doble cara, quizás multifacética, del político flexible como un junco en la tormenta. ¿Por qué Zapatero, de cambio en La Moncloa, pactó en su día con Artur Más y no con Durán?

Hay que revisar discursos, programas -si los hubiera- modelos de gestión y todo para que ‘la patita’ no sea el anticipo de una garra. Buenos días.