Se habla del “pushup” o se literalmente empujar hacia arriba como la solución íntima en lencería que hizo que, al parecer miles de miradas convergieran en el trasero de la hermana de Catalina en la boda real inglesa de hace unas semanas.
Los empresarios de la moda y de los grandes almacenes han puesto su mirada en el trasero, dicen de esta señorita inglesa por entender que pueden poner a disposición de las masas femeninas una prenda “resaltadora” de sus curvas.
Al parecer se ha desatado una “pippamania” en USA y hay peticiones a los cirujanos plásticos para imitar al pippaculo.
¿Por qué un sesudo columnista que hunde sus pensamientos con frecuencia en el análisis político económico y en las fuerzas políticas enfrentadas en un duelo al sol electoral se ocupa ahora de eso? ¿Qué quien es el sesudo? Yo, of course.
Mi adorada abuela pasó a mejor vida, dicen, hace años y ya no me queda otra abuela, así que ejerzo sobre mi mismo ese amoroso papel de adularme. ¿Está mal amarse? Sin llegar a ser Narciso hay gente que a eso le llama autoestima. Yo que sé.
El caso es que ahora prefiero el pipaculo que la cara de Rajoy o las manos de Rubalcaba y no solo por un deseo escabroso, si no porque al parecer ese fenómeno cular ha generado trabajo a centenares de personas en varios planos de la industria.
Si Jennifer Lopez tenía sobre si el récord culistico y hasta ha declarado que se gastó 40.000 euros en volver a recuperar su forma antes del parto, es obvio que gimnasios, clínicas,costureras,modist@s varios, distribuidores,prensa rosa y carmesí etc viven de esta cuestión, no parece obvio que aqui debemos encontrar el trasero más respingón, los pechos más generosos- no hablo de los ojos porque si no son, como yo digo, atlánticos no sirven para nada más que para mirar , pero no para enamorar- no parece obvio entonces , repito. para que la industria reverdezca, ponerse al tajo.
Luego están los hombres, pero de esos no entiendo aunque en Madrid hayan hecho exhibición de carne de gimnasio para impresionar a quinceañeras o a otras. Eso es envidia…que quieren ustedes. Buenos días.