FLASH
10.12.11 – 00:11 –
CARLOS PAJUELO DE ARCOS PERIODISTA |
Ayer estuve observando, no sin cierta vergüenza ajena y propia, el cómo algunos jóvenes y no tanto se disputaban el hecho de ser los primeros en hurgar en un par de contenedores que están aparcados y vivos frente a mi casa.
Vivos porque allí se tiran los alimentos caducados y otras cosas como enseres que no han viajado ya a la selección de vidrio, madera y cartón. Estos contenedores de color distinto están ahí casi para otra época.
Los jóvenes fueron más rápidos y los viejos tuvieron que esperar a que se les dejase sitio y más sobras de las sobras. Era basura de segunda. La lucha generacional del más fuerte y más rápido había tomado forma frente a mi casa.
Pronto las luces, aunque sean menos que otros años, alumbrarán las calles anunciando una Navidad un poco más barata y un poco menos consumista que el año anterior y que el otro de más atrás y el otro de más atrás (dos veces más atrás) y los que luchan por un sitio junto al contenedor estarán más a la luz.
Ya la indigencia ha tomado cotas de participación más alta, aunque en la casa del banquero indultado, por ejemplo, reine la alegría por haber conseguido pasar el marrón a otro y las carcajadas resonarán en el portal de Belén, a lo mejor. ¿Existe el diablo? A lo mejor. Buenos días.