Es el caso que mi admirada, por su sonrisa,Trinidad Jimenez un día después de las elecciones generales, habiéndolas perdido y en sus últimos actos firmantes como ministra de Asuntos Exteriores, se dedicó a “ultimar” unas subvenciones dándoles carta de naturaleza mediante su autorizada firma y esa firma llegó a “avalar” las ayudas hasta 63 millones de euros al decir de numerosas fuentes periodísticas.
Llama la atención al personal que la ayuda a los conflictos de los hipopótamos en Guinea con las personas o a la radio de Camboya que cuida el genero y debe radiar a favor de ellas más que otras, reciban ayudas de algunos miles de uros y que aquí el respetable se descuerne para esperar que la ayuda a los colegios concertados se haga realidad.
Quien diga que yo no gusto de Jimenez miente pero también mentiría aquel que dijeses que estoy de acuerdo con su política de subvenciones. Yo creo que aquí el fenómeno sobrepasa el límite de lo razonable y si es cierto que uno mientras es ministr@ del ramo hace y deshace de los 2.000 millones, en este caso, de presupuesto de subvenciones al Exterior lo que le sale de la “nariz”, no es menos cierto que no procede esperar al día de después de perder para firmar lo que luego será , digo, objeto de problemas. Hay mucho PSOE por hacer.
En cualquier caso y siendo esto importante no deja de ser menos llamativo que hoy leamos que la infanta Cristina mediante la sociedad Aizoon haya podido transformar del orden de 1.5000 euros y en tres años el capital en más de 500 mil ;eso es habilidad para negociar y visión de futuro. Hay mucha monarquía por revisar
Me voy a desayunar y a pensar al Sol… si sale. Buenos días.