Por lo visto en un programa concurso la Sra.Lopez, divorciada del Sr., Anthony, le arreó un sopapo que recogieron las cámaras cuando en un comentario, inciado por ella, acerca de los guapas que eran las bailarinas, él, inocente criatura venido a ingenuo, le dijo que si, que eran guapas y que incluso él le había echado una mirada a algunas. No la vio venir, me refiero a la torta de la de sangre latina.
No se puede ir por ahí citando de lejos a las damas o a los damos como quien está en una tarde sol y toros. La bofetada traidora es probable que se extienda y pueda surgir ante eventuales miradas traidoras. Veamos algunos.
¿A quien miraba Ximo Puig, un eterno que está a la que cae en materia de miradas oportunas y quizá por eso dura,un decir? ¿A quien miraba,repito, estos días de congresos , contracongresos y alternando, al parecer , con unas y otras? ¿Hoy Pajín y mañana Carma de Cataluña¿ ¿A quien mira Rajoy cuando va a Europa a Ángela Merkel o a Sarko? ¿A quien mira la nueva dama del PSOE o por quién es mirada ahora más que ayer menos que mañana¿ Mirar es clave, sobre todo mirar bien.
¿A quien mira Pepe el pisoteador, jugador de fútbol del Madrid, de manos de Messi cuando pisa? ¿A quien miraba Botin cuando hablaba con Z? Es vital elegir a quien mira uno salva que sea bizco.
Yo recuerdo un caso en el que harto, el que esto escribe, de no saber a que ojo mirar a un tipo con el que iniciaba tratos mercantiles me armé de valor- como el de los guerreros de Leonidas-y le pregunté, con gran asombro de quienes me acompañaban, que a que ojo había que mirarle. Él me miró con los dos ojos, con uno un poco atrevasado, y se señaló con su dedo índice al izquierdo y entonces yo no hacía más que mirarle a ese ojo como un poseso, evitaba la disgresión de soslayar la mirada y al final muy bien.
Si definitivamente soy paertidario del mirar bien sabiendo a quién o sugiero el uso de las gafas oscurisimas “fashioneras” pero con cuidado de no dar con los huesos en el escalón como el otro día vi a uno en una cafetería. ¿A quien miraría el tipo si llevaba a su lado una costilla de Adán de suave satén y formas voluptuosas? Yo la vi por casualidad y fue al mirar el trompazo del de las “oscuras gafas”.. Confieso que nunca miraría. Las tortas pueden caerle a uno del cielo de la mano de San Valentín. ¿No?. Buenos días y que usted lo mire bien.