Mientras en Río de Janeiro las caderas se deslizan en un carrillón imposible de seguir y miles de ojos lúbricos calientan sus órbitas con sueños imposibles de sudor y sexo, aquí al respetable , en general, le da por disfrazarse con eso del “adios a la carne”. Aquí se la “torca” con un confeti. La tradición manda un límite.
Muchos, hace tiempo, y por razones nada religiosas dijeron adiós a la carne porque está inasequible para los bolsillos modestos y se platean el salir , una vez más , a la calle a pitar a quien quiera oírlo. Se pita mucho hoy.Se oye poco hoy y así estamos. No hay más sordo que el que no quiere oír.
El carnaval democrático de los Congresos ha cumplido su rutina de dedicomplices y han sido nombrados los que ya lo habían sido en el sanedrín previo. La sorpresa no ha sido invitada y es preferible, si de sorpresas se trata, estar a lo que el pueblo sabio canta,dice, se disfraza en estos tiempo de nuevos ca carnavales. Lo otro , lo de los Congresos, es una mascarada. A ver quien no vota al líder.
El recogimiento antiguo por la Cuaresma en la que el ayuno permitía la reflexión, supongo, contrastaba con el exceso que comenzaba en el llamado jueves lardero( que viene este “nombrecito” de grasa, sebo, de tocino).
Una cerdada en el sentido de tomar, comer cerdo en abundancia y dónde el colesterol se ignoraba como se ignoran tantas cosas. Una cosa es saber y otra es aplicar ese saber a la vida propia.
Antes del próximo miércoles de Ceniza sepase que hoy es el gran día carnavalesco.
¿Por qué se disfraza la gente? esa es la pregunta que me hago siempre y no necesariamente en carnaval. A lo mejor, sin necesidad de aplicarnos a una tesis del comportamiento y a un estudio de campo que lo avale, se podría decir que en nosotros anida un espíritu de cambio de personalidad, de actitud y aquí , en carnaval, eso está permitido.
Ellos se disfrazan de ellas, ellas de ellos y muchos de animales que dan miedo. El miedo y la risa nerviosa se dan cita al tiempo en esos desfiles en los que el orgullo de llevar lentejuelas o el ser uno distinto en la confusión da carta de actor por un día.
Las Saturnales romanas con sus danzas obscenas y provocativas daban marco a la necesidad íntima de hacer y representar lo prohibido y hacerlo en un tiempo permitido. Alguien se dio cuenta que dando permiso se encauzaba la tensión. Me voy a aflojar la tensión y a disfrazarme de normal. Pastelitos, charla con amig@s, futbol hasta en la sopa, cafelitos y Brasil con sus excesos lejos. Dicen que el exceso no es bueno. ¿Qué es bueno?. Buenos días.