Usted no se preocupe,sí es el caso, por no haber salido de un viaje transformador de su cartera en una cartera menos llena, de su ilusión por ver la nieve en primavera. No esté triste. Recupere los viejos hábitos o adquiéralos si no los tenía. Por ejemplo, visite usted Iglesias y hágalo con el máximo respeto si no fuera creyente del todo o nada ( es obvio que si usted lo fuera este consejo no tendría sentido porque habría hecho lo que todo católico debe hacer en estas celebraciones: Santos Oficios con su Vía crucis y Santo Entierro).
Ayer hice algo de esto. Fui a ver el Santo entierro a la Iglesia del Patriarca y , para mi sorpresa, aquella estaba rebosar y en la calle casi nadie.Escaparates llenos de prendas imposibles de comprar por su escandalosos precios y no es que fueran tan bonitas como para quitarse el sombrero de haberlo llevado. Son solo precios para la emiresa de Qatar,digo.
Desde El Patriarca a Santo Tomás, rebosando por las puertas, San Juan del Hospital más íntima y la Catedral un llenazo con , creo, el Arzobispo en plena plática. Olor a incienso, silencio de la multitud. Tras los Oficios la multutd se desparrama en alegre colorido por los escasos jardines de la Plaza de la Reina, antes Zaragoza y ahora creo que de la Reina otra vez. Los cambios de nombre me marean. Si pusieran números sería aproximadamente inmutables.
Volvía a casa en un autobús vacío y rápido como una centella, contento de pensar, feliz de ahorrarme gasoil, dispuesto a una cena frugal y a leer en el silencio del entorno porque a mi alrededor nada, ni una mosca. !Ah! compré una torta de nueces y pasas y, me sentó regular.Volver al hambre de la infancia y al goce del ayer tiene un coste sentimental y físico,por lo visto.
Estoy pensando en el boom de la novela negra sueca. Se ve que esto va por barrios y temporadas. Cierto bajón en lo suramericano y un alza en lo nórdico. ¿Qué pasará en la proxima Feria del Libro? Venderé bien mi nueva novela? ¿Los autores locales no tienen, no tenemos nada que rascar?
Pienso que el esfuerzo no compensa. ¿Entonces? La compensación está en el escribir. El goce del camino más que la llegada. Deja de elucubrar Carlos, me digo y lee, lee en silencio como dice el titular. Si tiene usted ,mi caso, la capacidad de “entrar” en la narración, en sus personajes y vivencias ha ganado usted el goce y lo ha hecho obviando el riesgo potencial de la carretera llena de gentes que van de un lado para el otro sin saber muy bien a que van, de que huyen. Perdonen me voy a leer o mejor voy a seguir leyendo en silencio.Buenos días.