LA CHISPA
La carta
Carlos
Pajuelo de Arcos
Los Mossos d’Esquadra han detenido a un
matrimonio vecino de Cervelló (Barcelona) por presuntamente cobrar durante
trece años la pensión de un hombre que había fallecido en el geriátrico que
regentaba la mujer.
Y la mujer
siempre tenía excusas a mano para decir que el pensionista no podía ir porque
estaba falto de movilidad. No mentía. No se podía mover. Hasta un día llevó a
otro, de parecida edad. Una especie de fé de vida y se ve que el del Banco- ya
se sabe los Bancos- no le puso pega alguna. Digo que lo vio y al verlo ni se
atrevió a decirle nada y se ve- especulo- que el hombre mayor sonreía. Estaba
contento de que lo hubieran sacado.
El otro
estaba sin movilidad.
Esto último
se ha demostrado a los trece años porque el señor había pasado, dicen, a mejor
vida. De momento había dejado esta, porque estaba muerto.
Una noticia
que hace pensar en la habilidad que el ser humano en general tiene para la depredación
y eso sin necesidad de vivir en el Serengueti y sin jugarse todos los días la
vida como en ese reportaje que he visto 1000 veces del los ñus vadeando un río
palpitante de cocodrilos.
Me siento ñú
– con perdón para la especie.
Ahora el
Sr.Rato ha enviado una carta a los accionistas y en esa carta, en resumen,
viene a decir que “yo no he sido”. y eso de la carta me parece un mecanismo
interesante porque además de decir lo que quiere con un salpimentado de cifras
para dar más credibilidad, empieza a dudar de la solución e incluso la llama
excesiva.
Eso va bien para
los miembros del Consejo de Administración. Consejo plagado de políticos de
diverso pelo y origen partifamiliar que es un gusto.
Yo he escrito
siempre cartas y es una herencia de mi madre que siempre lo hacía, con una al
Rey, cuando estaba desesperada. Si supiera al precio que está ahora la
monarquía y la Banca. Te digo mamá- a ver si en el cielo le pasan la carta, la
mía- que es mejor ser consejero. No saben nada. Pobres. Y cobran. Listos. Buenos
días.