LA CHISPA

La parada

Carlos Pajuelo de arcos

Completo el titular que es “la parada del autobús”. No lo pongo arriba por si no cabe.

Yo creo en el Parlamento, en el Ágora- como espacio dónde debatir y no en el Ágora campscalatraveña sin acabar- en los indignados pacíficos y en sus pancartas. Recuerdo una que decía. “si lo sé me opero de las tetas en vez de hacer un master” pero, lo confieso sin rubor, creo más en las paradas del autobús esperando a que llegue y  que puede que ahora, a lo mejor, llegue más tarde por la amenaza de la huelga de sus empleados. La EMT en lucha.

Si. Creo  en las paradas de autobuses porque está ahí el verdadero latido, el pulso anímico del respetable.

No en Les Corts dónde he leído que un par de cargos del PSOE local levantan cerca de 2.500 pavos sin dar un palo al agua. Dos más.

Sin ir más lejos, anteayer esperando el 81, una señora mayor, pero menos que yo, llega empujando un carrito de bebé con su bebé dentro, tapado con la capota del Sol calcinador.

Habla dirigiéndose a otro, que asiente con la cabeza y le da hebra al palique. “Se lo tengo dicho a mi hija, que no hace caso, al nene hay que taparlo del Sol que es malo, sobre todo en Valencia dónde calor es más húmedo que en Albacete. Allí tengo yo una parcela, en las afueras, y cuando estás a la sombra y corre el aire se está más fresquito que aquí, aunque eso si, cuando te pones al Sol abrasa. Es diferente”

Ni siquiera mira al que asiente y entretanto llega el 81, un señor mayor, pero menos que yo, se abanica y la del carrito del bebé que debe ser  la abuela del niño, lo mira con cierto aire de desaprobación, como si eso del abanico solo fuera cosa de mujeres.

Yo intervengo con un quite al del abanico y le digo sonriendo: “Qué bien” y llega el 81.Es verano y todo el mundo se precipita al interior del bus con aire frío perfecto para la pulmonía. Es la parada y el bus. Un sitio ideal. .Buenos días.