LA CHISPA

Trucos de verano(II) (Del flash de hoy en el Suplemento de Salud de este diario)

Carlos Pajuelo de Arcos

            Se trata de “pegar la hebra” para no “pegar ni golpe”, siguiendo la inveterada costumbre de la necesidad física de descansar en vacaciones y combatir el sudor que perla, seguro, su frente un poco marchita por la humedad, por ejemplo.

            Sí usted ha tenido oportunidad de localizar a tipos que, como usted, no se han ido a ninguna parte y lo asumen con dignidad senatorial, usted debe contactar con ellos para iniciar una reunión de inutilidad manifiesta, pero que sirve para romper la soledad y el ritmo lentificado del sillón cómodo que lentamente lo va engullendo.

            Sí, si. No se ría. Se dice que el vecino del piso 15 había desaparecido y que incluso su mujer, en un esfuerzo civilizado, había hecho la denuncia pertinente y que a los tres días la retiró porque Manolo, su Manolo, estaba en el interior del último sofá cama y que fue descubierto por un cuñado que había venido a visitarlos un día y ya llevaba tres semanas con ellos. Bien.

            Imaginemos que ha logrado “pegar la hebra” y encontrado un espacio propio con escaparate amplio sobre la acera y que en un momento dado se han quedado sin conversación sobre políticos-muy usada para combatir el aburrimiento. ¿Qué hacer?. Nada. Mirar, mirar mucho y si fuera a bellas señoritas colgadas de sus tacones y con sus escotes a punto de derramarse, ponerse las gafas oscuras de no saber donde miras y sí acaso algún gesto, un murmullo compartido con los otros, pero sin llegar a la berrea- ese sonido del venado contra el otro venado en busca de la hembra.

            Sí esto afectara a su moral íntima siempre puede iniciar una conversación sobre el problema de la emergente China y hacer referencia a como su abuelo de usted ya hablaba del peligro amarillo y marcarse un farol hablando del hecho probado de la necesidad de más psiquiatras allí, que están en constante contradicción y luego citar, en un giro digno de Cópernico, a Baudelaire, el poeta maldito, con aquello de: “ El dandy debe ser sublime sin interrupción. Debe vivir y dormir ante un espejo” lo que, por cierto, debe ser angustioso y después de dicho esto- que no venía a cuento- quedarse tan tranquilo.

            Tenga usted en cuenta que una tertulia debe ser el espacio intelectual que se adapte al tiempo gaseoso y social y en verano debe ser chispeante. Buenos días.