Da miedo

Lo ha dicho el Gobierno Mas: se van a crear ficheros informáticos de adhesión política. Lo cual equivale, corriendo el tiempo, a la división del censo -o de la abogacía, o de los contratistas públicos, o de los docentes- en dos grandes grupos: afectos y desafectos.

Da miedo pensar en que se puede volver. si fuera eso cierto a un estado policíaco. Lo veo. Una especie de Stassi ( la antigua y poderosa policía política de la Alemania del este) con barretina recorrería domicilios, una Gestapo que inoculará Heils a golpe de sardana, unas SS que detendrán a quienes ostenten en su ropa interior cualquier marca considerada sospechosamente española, una KGB que marcará el núcleo del cerebro con consignas de “son mes” en un inmenso patio dónde otros miles se aprenderán de memoria “els segaors”.

Si esta ficción se cristalizara en una semirealidad, daría miedo saber que al Norte de tu casa un grupo de amigos catalanes y que la madrina de uno de tus hijos y una lectora que tengo allí ,podrían ser señalados con una cruz de desafectos. Da miedo.

Sin embargo como “la pela es la pela” yo he leído lo que sigue y si el asunto de la afección o desafección prospera me voy a pedir la patente aprovechando la unidad de mercado ( que tampoco gusta al Sr. Mas que supongo que en la boda de su hija no querría bailar un pasodoble y si llegase el caso un chotis por ser ambos sones poco afectos)

Si hace poco salió a la luz un anillo que alcanzaba temperaturas insoportables como recordatorio de la llegada del día del aniversario de bodas, ahora es un nuevo y singular anillo de bodas de titanioel que irrumpe en el mercado con el objetivo de evitar infidelidades y no dejar indiferente a nadie. En su grabado lleva inscritas las palabras “I’m Married” (“Estoy casado”), y cuando uno decide quitárselo y dejarlo a un lado, la frase continúa impresa en el dedo, de tal modo que con ello se siga revelando el verdadero estado civil de su propietario.

El no ser nacionalista va a ser como poner cuernos a alguien y eso debe ser sabido, conocido y ante cualquier traición, debe ser descubierto y un anillo como el citado puede servir.

El problema del anillo no es el anillo sino dónde colocarlo. Yo abogaría, en el caso del infiel en ponérselo en salva sea la parte y en el momento más erecto la leyenda saltaría al vista de la pareja y  !ahí te han dao”

¿Y en el caso del nacionalista? Ustedes mismos verán. De momento yo me quedo aquí que con el calor que hace y como está la Malvarrosa lo mejor es el botijo, el pay pay y la lectura- Buenos días.