La lágrima
Como ocurre de vez en cuando, un grupo de amigos asistíamos a una comida de franca camaradería; entre ellos está Fernando Martínez Castellano y cuando la conversación tertuliana discurría por los cauces del análisis del porque parece que los españoles repudiamos a los españoles y a sus habilidades, el citado amigo pidió la palabra y nos informó, para nuestro asombro, de como un locutor de la RAI italiana lloraba a moco tendido frente a la cámara tras dar la noticia de que el buque embarrancado hace un año. EL Costa Concordia, había sido reflotado con éxito. Y la maquinaria empleada no era solo italiana.
Este! Viva Italia!, pese a lo que nos cuentan de Berlusconi y otros, ofrece una cara opuesta de la moneda que aquí observamos siempre.
No nos gustamos nada…dicho en general. ¿Por qué será así?
Sin embargo, es curioso, cuando alguien de fuera se mete con “lo nuestro” la cosa no hace nada de gracia y parece como si una especie de goma elástica nos uniera.
“Gibraltar español” , La paella. Mi abuelo madrileño hubiera dicho: “Y el cocido”. Sea también..
Lo dejo aquí. Lo dejo no sin antes preguntarme por la razón oculta de que un simple roce extranjero nos levanta sarpullidos y un “com estás fill de puta” lo podemos tomar cariñosamente. La mente humana es un misterio.
Yo digo que la clave es que en muchas ocasiones ese 1,2% que nos separa del chimpancé se acerca tanto a la similitud integral que no me extraña que muchos de los que nos representan alcancen todos los días el epicentro de las animaladas o de las monadas y entonces no deben ser los Parlamentos sus naturales espacios sino las jaulas. Buenos días.