Jueces estrella
En estos último tiempos asistimos, con algún desconcierto, como espectadores atentos, al desarrollo de procesos judiciales que conmueven a la sociedad por su calado y significación pública de las cosas y personas juzgadas. Es, en cierto modo, las audiencia pública.
Estos juicios, de alcance mediático sin precedentes,reabren las diferencias entre banderías opuestas y en esa especulación emotiva los jueces son objeto, a su vez, de juicios paralelos. Sin perdón.
Desde Gómez de Liaño en su día, pasando por Baltasar Garzón, continuando por los actuales Castro y la magistrada Alaya “el personal” no deja de oír calificaciones y descalificaciones y los platós de las televisiones se llenan de “entendidos” que nos ofrecen peculiares puntos de vista.
La entidad de la cosa juzgada, los numerosos acusados , los encarcelamientos a decenas han puesto a los ERES de Andalucía en la picota y con ellos la imagen de la juez Alaya ha salido del encuadre esencialmente judicial y se ha convertido en “comidilla” de tertulianos.
Flotan en el aire los corpúsculos de “la envidia” cuando se comenta aquello de: No entiendo porque ha de ir tan arreglada al Juzgado. ¿Preferiríamos una juez desaliñada? ¿El hecho de ir bien vestida la hace sospechosa de partidismo? ¿Los de derechas tienen la exclusiva del maquillaje, del bien vestir?
¿Por qué nos ciega la tendencia y no somos capaces de afrontar, objetivamente, que parece que en este caso hay mucho “chorizo” emboscado tras la autonomía dispensadora de favores?
Oiga es que hay mucho “chorizo” en la derecha también. Si, parece que sí. El juez Castro está en ello y el juez Ruz también.
Ahí deben haber intereses muy “gordos” y , a lo mejor, presiones desde el más alto nivel para “echar tierra” que se dice.
Ser juez debe ser complejo, supongo. No me gustaría estar en su piel. La equidad y la justicia no siempre viajan juntas y cuando percibimos alguna sentencia que nos parece contraria al sentido común. nos rebelamos y damos en pataleta inútil.
Recomiendo dejar a la juez Alaya que vista como quiera, que se maquille como le salga de la toga. Mejor guapa que “mostosa” ¿No? pero sobre todo dejémosla en paz y que siga perforando. Buenos días.