Sexo en blanco
Los padres alemanes pueden dejar en blanco a partir de hoy la casilla sobre el sexo de su bebé cuando lo inscriban en el registro civil, si no se puede determinar con claridad si corresponden al femenino o masculino.(fuente: agencias)
Bueno. Estos alemanes tienen, dicen. del orden de 80 mil casos en los que no está claro si o si no; ya no sirve aquella canción que te cantaban cuando querían hacerte dormir a manera de nana progresista y que decía: “Bartolo tiene una flauta con un agujero solo” y tú te reías o te dormías o primero una cosa y luego otra.
La duda se ha instalado en la sociedad y esto que, en principio, puede ser asumido como un viento de libertad no deja de ser también, al mismo tiempo, una evidencia de la falta de claridad de algunas circunstancias.
Se me dirá que con este paso los alemanes se ahorran disgustos mediáticos e individuales al tener cada padre o madre que ir a reclamar al registro un cambio y en la escuela otro; ahí está el caso de esos niños de Andalucía que no quedaba claro si el único problema- que no es pequeño, lo supongo-era psicológico porque el de los llamados atributos físicos sí que parecían estar claros.
Proyectando esa ambigüedad sobre otros aspectos de la vida, no estaría mal que hubieres un periodo de carencia para las actitudes políticas e incluso amistosas; una especie de purgatorio a la manera del revelado en la Divina Comedia ( ¿cuál es? sugiero que se lea) ante cuya puerta- la del Purgatorio- hay siempre un guardián que permite o no, supongo, el paso al Virgilio de turno acompañando al autor.
Quiero decir – porque lo anterior puede resultar un poco abstruso- que hay mucho cambio de chaqueta y mucho pastelero y pasteleo en eso de las carreras políticas individuales y que quien hoy milita en la Liga Revolucionaria Comunista ( si existiese) mañana podría sumarse a las huestes de la superlativa y supercalifragilistica derecha (si existiese). Y eso sin rubor.
En consecuencia y al amparo de la idea alemana de retrasar el registro hasta que se evidencie si es o no es él o ella, debería situarse en una especie de purgatorio donde la propia falta de claridad lo dejase sin sueldo y sin privilegios al dubitativo y cada vez que fuese a reclamar algún funcionario en excedencia le podría decir.
¿Su señoría se ha decantado ya por un partido? ¿No? Vuelva usted mañana. Presa de esa contestación Larriana( de Larra) el tipo (él o ella) abarcaría una causa con el mayor fervor o con el fervor de todo converso. CUIDADO. Buenos días.