Justicia extrema
Un ciudadano chino llamado Jian Feng ha solicitado el divorcio a su esposa y además la ha demandado por haberle dado los hijos “más extremadamente feos del mundo” El marido ganó la demanda en el tribunal, por lo que su ya exesposa debe indemnizarle con 120.000 dólares.(Fuente: diario de avisos)
Yo espero que esta noticia no sea leída por demasiada gente porque das una nota, haces un comentario y rápidamente la cosa se extiende y se hace viral (le llaman viral a eso de extenderse por la red de forma masiva).
Veo que si fuera así, muchos pondrían a trabajar a gabinetes de estética y contratarían expertos en cánones de belleza con objeto de comparar si su hijos están o no “hermosamente ” producidos y si no fuera así intentar establecer la culpa y de ahí a un juicio y a pedir una indemnización solo hay un paso.
Hoy la gente se querella por quítame allá un pelo. Me llama la atención esa manía querellante que anidamos en nuestro corazón y sin embargo lo poco que nos querellamos con la Administración por las muchas cuitas que nos producen.
Yo he empezado una lista de asuntos objeto de querella o sea asuntos querellables y me he detenido porque la mano me dolía.
A lo mejor ocurre que tenemos un vacío entre la realidad y el deseo y ese deseo que nos han inculcado o que nos hemos dejado inculcar, no es sino una meta que antes nos parecía imposible de alcanzar pero alguien nos ha llenado la cabeza de pájaros y ahí estamos. Infelices, cabreados, incapaces de apreciar lo mucho que significa simplemente el hecho de respirar sin que ese día te duela nada.
Sin llegar a darme golpes de pecho y ser sumiso, cabría pensar si la mitad de la fealdad de las caras de esos chicos chinos o de los que nos acordemos ahora no son, digo, también del marido aunque sea chino o de Paiporta que está aquí cerca.
Menos querellas y más intento de entendimiento. A las madres todos sus hijos les parecen hermosísimos. Lo comprendo aunque no soy madre. Buenas tardes-noches.