¿Con cual me quedo?
Las noticias son una tentación para mí. Ahora trato de evitar las llamadas “malas”, esas que ponen de mal humor y que revelan a veces los problemas profundos de división entre los humanos.
Me sustraigo hoy al comentario sobre Crimea o Venezuela e incluso de los incidentes en la manifestación de estudiantes del otro día con apedreamiento de fachadas universitarias; una acción penosa que no conduce a nada y que demuestra una metástasis de algunos problemas sin resolver y que algunos se empeñan en evidenciar (AVL por ejemplo).
Me quedo ,por ejemplo con dos. La que sigue y la que habla de la posibilidad de que la Duquesa de Alba reine en Escocia,
Un hombre estadounidense de 78 años que fue declarado muerto y llevado a una funeraria se despertó repentinamente cuando iba a ser embalsamado, según informaciones publicadas en medios estadounidenses.
Walter Williams fue declarado muerto el miércoles por la tarde después de que los médicos no pudieran encontrarle el pulso. De ahí fue trasladado a la funeraria Porters and Sons en Lexington, Mississippi.
Esta noticia es de todo menos dramática. Me inclino por pensar en la resistencia del hombre a decir adiós y en la calidad del marcapasos que llevaba. Un triunfo. Le quedaban cosas por hacer. ¿Era mayor? No.
La Duquesa de Alba tiene 87 años y ahí está al parecer resistiendo, a caballo de sus 3500 millones de euros calculados de fortuna y compartiendo un trozo de vida con el probo funcionario, 30 “tacos” menor que la dama.
El otro día vi , desde la reja, el patio interior de su casa en la calle Dueñas de Sevilla y me pareció muy bien cuidado ese jardín casi francés y si quiere usted visitar lo visitable de la casa, debe ponerse en contacto, en Madrid, con el palacio de Liria y a ver que le dicen y ya nos contará, si fuera el caso.
Sería interesante ver qué pasaría si esta señora fuera reina en Escocia. De momento se tutea con la Reina de Inglaterra hace tiempo , desde cuando eran pequeñas.
A lo mejor tendré que dedicarme a escribir sobre la flota rusa de 338 barcos, la flota del Mar Negro que no está tan lejos de Valencia como muchos creen, enfrascados en absurdas luchas nacionalistas. Mientras tanto tengan ustedes un buen domingo.