Mantis democrática (Columna de hoy en papel Las Provincias)
Cuesta ahora mismo ser español por mucho que el DNI diga que eres de aquí.
Una ola de nostalgia de “cualquier tiempo pasado fue mejor” , pese a que no es cierto, recorre obstinadamente la columna vertebral del país.
Los nefastos honores del entierro de Suarez – no hay nada fastuoso salvo la parafernalia para los no afectados- han dejado al descubierto la nostalgia transitoria de un tiempo que ha ido a menos.
Doy vueltas a la definición de la mantis religiosa en una metáfora comparativa. Pienso en Cataluña.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse.
Y mire usted por dónde, cuando Rajoy indica, tenuemente, que piensa mejorar la financiación de Cataluña como respuesta a la carrera soberanista de un Mas, enloquecido y alimentado por la Asamblea Nacional Catalana, me viene a la memoria lo de los de 2 animales solitarios.
No sé quien quiere aparearse con quién.
Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce.
¿Quién se reproducirá primero de estos dos?
Las hembras son mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.
España es más grande y algunos desearían enarbolar esa tentación caníbal sin darse cuenta, a lo mejor, que en la digestión puede zozobrar la democracia que hicimos todos, no solo el Rey y Suarez.
La elites que detentan el poder tienden a olvidarse de la mayoría que , como se está viendo, no es siempre silenciosa.
Los medios hacen encuestas y todos dicen que hay que recuperar el consenso. Parecen decirlo con la boca pequeña.
El Estado de Derecho al que se apela con ingenuidad doctrinal, va perdiendo fuelle y naufraga ante los abusos y la pérdida de valores, mientras la pobreza avanza ganando puestos a la familia, que es el gran sostén del sistema, por cierto.
Cierta anarquía y fatiga da alas a quienes toman la calle como respuesta a la falta de energía política enfangada en una democracia que ha puesto por delante de la persona a los índices marcados por una Europa que expulsa en 6 meses a quien no encuentra trabajo.Veremos.