Vicio de consentimiento
O sea que tú te casas, vives una temporada larga con ella o él. a lo mejor 10 años, tienes hijos que ya saben limpiarse solos los mocos e incluso empiezan a beber y fumar y entonces te levantas una mañana y dices. !Ajá, me ha llevado al altar engañad@. Es un vicio de consentimiento. Ahí sí que hay vicio Fabricio ( lo del nombre es para rimar y sonreír o mear y no echar gota)
Esa misma mañana te dices “Yo me voy a la Rota espero unos cuatro años y en el 70 % de los casos lo resuelven” y te buscas a un matrimonialista, un abogado ducho en esos asuntos.
Han abierto la mano te dice el letrado. Ahora la Iglesia señala que: se trata «las causas psicológicas y la capacidad de asumir las obligaciones matrimoniales y que es posible gracias al avance del estudio de la psicología humana y que la Iglesia ha incorporado»
San Marcos 10-1-12 se ha quedado antiguo. Vale. Mejor. Si no se llevan pues que se disuelvan. Hay gente que no se lleva dos veces o sea que han obtenido la anulación dos veces.
Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio». Así era la forma clásica de explicar la indisolubilidad del matrimonio según el ‘Evangelio’ (San Marcos 10, 1-12) y que ha permanecido durante siglos. Apenas hace un par de generaciones en los pasillos de los tribunales eclesiásticos todavía se imponía la máxima de que «un matrimonio católico no lo disuelve ni Dios» (fuente Las provincias)
No pasa nada. Es la evolución temporal, la adaptación aunque a algun@ que yo conozco con nietos a la espalda ya le llega tarde. Puede no vivir para contarlo y no vale la pena.
El papa Francisco lo comprenderá y santificará el amor, la entrega y la evitación de dar trabajo a la Rota española ( no confundir con la base americana de Cádiz).
Tempus fugit y se nos acaba casi todo. El tiempo lo funde todo y ahí está Gabo para demostrarlo empíricamente.