Historias en el autobús
Viene mi compañera de profesión y vocación periodística Fani y me escribe uno o dos días de hace mucho o poco tiempo ,; me dice que a mí me pasa casi todo en el autobús y he de decirle a ella y a ustedes , ya que están a leer, que sí , que me pasan cosas , que oigo muchas y en otras soy protagonista indirecto,
Algún día pronto o tarde , cuando acabe la nueva novela que me tiene medio preso , acometeré un breve sobre esas historias de “guaguas” urbanas , certeras , breves y alejadas del mundo fasion ( ya sé que le falta una h , pero alguien tenía que empezar. ¿Para qué sirve esa h ?, dígamelo o no me lo diga. Disfrute asumiendo la revolución de quitarle una h a una palabra inglesa .Se empieza así y se acaba tomando Gibraltar)
Hace tiempo que tengo el bono Oro y Rita la alcaldesa me pasea por doquier. El otro día en plena jornada de exploración autobusera y en busca de personajes y sucedidos me pasó lo siguiente:
Con un bus hasta la coronilla de gentes , pasillo bloqueado, gentes con chupas invernales y en la calle un calor de cambio climático , el olor humano se densificaba por paradas y el ruido alcanzaba decibelios mediterráneos.
Una niña en su carrito con un papá nervioset y una mamá en estado de siete meses , ambos en plena flor juvenil, intentábamos contentar a la “nana” que gritaba como una auténtica energúmena y todos alrededor queríamos hacerle gracias para cerrarle el pico.
Yo le agitaba un diario (digo que era este que queda bien y además era cierto) y lo acompañaba con un siseo que más bien sonaba a sonido de serpiente (pruebe en sss sostenido). Nada , ni flores , otra señora que parecía estar de vuelta me miró diciéndome es que tiene sueño y calor.
¿Me habría confundido con su abuelo , maldición?
Más atrás del pasillo una negra ( ahora hay que decir de color , lo digo : de color pero muy negro) gritaba en un inglés del que solo entendí Yes y la tía se desgañitaba…se ve que el interlocutor estaba en África como mínimo y claro…
Como se me acaba el espacio termino con lo de la señora ;a una señora que me llegaba de pie a mis tetillas se le había pasado la parada y gritaba al conductor y en un semi giro intentando ser vista , me plantó una personal y me dio en el escroto un bolsazo que me perjudicó , seguro, el poco fluido que me queda y tardé un rato en reaccionar y lo hice como un cínico metódico desplegando una sonrisa de cocodrilo y una frase letal.
“No se preocupe señora que en Valencia las distancias son cortas” y me respondió con una mirada no menos letal al tiempo que yo retrocedía en defensa de mi intimidad golpeada.
La cosa podría seguir pero no quiero fustigarles. Solo adelanto una noticia o dos. Me voy a concentrar en la redacción novelera mía y que me he comprado una “coquilla” que encaja en mi partes pudendas , como cuando yo jugaba a hockey ,(patines)que entonces era pijo y gustaba a las nenas .Bon jour.