MAMÁ VEN
He leído y oído que en el Brasil los clubes de futbol han decidió atajar la violencia , que con frecuencia acompaña a los hinchas de un equipo y su rival es extrema.
Habida cuenta que el hecho de la presencia de las fuerzas armadas no termina de resolver el problema , algunos directivos han tenido una idea que parece brillante por el resultado obtenido. Han decidido contratar como vigilantes de seguridad a las madres de los violentos.
Se ve que el violento se encoge ante su madre y cuando se desmadra ( nunca mejor dicho aquí el vocablo) la madre le mira fijamente , frunce el ceño y le amaga una bofetada que hace temblar al violento que se convierte en un corderito.
El deporte siempre se había caracterizado por el juego limpio y tan era así que creo que hasta en la antigua Grecia y en plenas Olimpiadas, las guerras locales se paralizaban y todo el mundo hacia del vencedor un héroe.
Ha pasado algún tiempo y ahora en el siglo XXI eso que llaman tangana se ha hecho bastante general y los puñetazos van salpicando el césped o el parquet , como es el caso de un partido del baloncesto reciente donde uno de los jugadores fue a pedir perdón a un niño que estaba allí , en primera fila, llorando.
Estos nuevos gladiadores que suman millones de ingresos a su juventud han desarrollado músculo, pero mantienen el fuego salvaje de los que compiten y su cerebro se ciega,
Unos castigos importantes se hacen necesarios. No basta ,se ve ,que suspendan a uno con unos cuantos partidos o les sancionen con una multa económica , porque esto último es como que un mosquito pique a un elefante.
Puede que el ejemplo esté en Brasil y llamar a la mamá del infra escrito puede ser humillante para un tipo que peina pelos más abajo del ombligo. Si a todos los que en su día se han mostrado violentos una carta del Presidente o del árbitro o del entrenador a la mamá. o un telegrama que diga : “Ven mamá. Su nene está haciendo el cafre” podría ser agua bendita, como si hubieran ido los nenes a Lourdes.