LA PATADA
La sensación que da el intento de adelantamiento del Sr. Márquez motorista al Sr. Rossi motorista, en el último de los premios disputados, es que el Sr Rossi motorista está hasta las botas de que el Sr. Márquez le gane, le adelante a él que es una leyenda en el espectro galáctico del mundo de las dos ruedas.
“El doctor” por excelencia parece haberse dado cuenta de que su joven admirador otrora, discípulo aventajado va dejando atrás al maestro y eso al maestro le golpea la ingle hasta producirle ira y catapultar una ligera patada desequilibradora que da con el discípulo en la santa tierra.
Dicho esto yo puedo decir aquí que creo que es una mezcla de ira, frustración y demás debilidades de la naturaleza del hombre y a lo mejor también de algunos animales. Cosas.
La ira, dicen los que saben de estas cosas que no se puede medir y que está en el alma depositadas, es una emoción que naciendo en el seno del interior del iracundo se manifiesta mediante la furia y la irritabilidad, afectando al ritmo cardiaco, a la presión sanguínea y por tanto afecta ,de forma irrefutable, al comportamiento llegando a nublar eso que llaman “la razón” y entonces perder la objetividad y ahí te han “dao” Rossi, digo yo.
¿Pegó o no la patada? Ya estamos en pleno debate. Unos defienden que aquello es una defensa ante el ataque claramente desestabilizador de un Márquez ambicioso ganador de su admirado maestro otrora y otros opinan que es la expresión física de quien se ve adelantado pese a su maestría y a quien no le gusta perder.
La cosa va de patadas y eso podría estar bien controlarlo. Algunos piensan para otras cosas que una patada a tiempo frena el problema. A lo mejor es una cuestión de territorialidad. Veremos.