El sí pero no de la alcaldesa- Las Provincias soporte papel
La alcaldesa de Madrid parece bipolar y el Señor me libre de convertirme en “diagnosticador” de políticos que solo enseñan la patita y luego la retiran y en ese vaivén dan la sensación de que si, siendo que no o al revés.
Lo cierto es que no es solo esta alcaldesa, que en modo Manuela, confiesa a Maruja Torres en su libro que si “pudiera rebobinar a febrero pasado diría no y confiesa que no es feliz”
Está bien que se confiese en el diván de la periodista vía psicoanalítica del surrealista Woody Allen, pero debe quedar en casa.
Nadie le ha dicho, parece ser, que se puede ir a casa cuando quiera ejerciendo eso que llaman el libre albedrío. No hay cadena alguna que la sujete al sillón y estoy seguro que muchos de sus “pelotas” laterales estarían encantados por si les toca sustituir.
Se ve que pasan las horas y ella misma o alguien le ha susurrado al oído, en plan Ortega, “no es eso, no es eso” y cuando al día siguiente es asaltada por los medios, siempre ávidos de carnaza, ella se arrepiente- de ahí mi expresión de bipolar o la puntita nada más, o si pero no.- Ahora quiere servir a Madrid y eso es lo que la pone.
Esto del desdecirse unas horas después de decirse es interesante, porque siempre se puede echar la culpa a los medios, siempre sufridos y mal interpretadores de lo que el otro ha dicho , aunque esté grabado, escrito, certificado ante notario.
Si, es cierto- aceptarán algunos, pero está fuera de contexto, además está el tono , el espacio donde lo digo y la circunstancia. No es lo mismo, digo que dice, decirlo en plan íntimo y divanesco que ante las masas aduladoras.
Luego está el deber sobre el placer-señalan o el sacrificio público y la dejadez de la familia, como consecuencia del ejercicio del cargo.
Queridos, eso por encima de todo, os amo por la volubilidad de vuestras evanescentes expresiones. Me pregunto a mi mismo y ya que estoy pregunto a los demás.
¿Por qué coño he de votaros si no tenéis idea de lo que sentís y de lo que queréis hacer?